Después de tantos años trabajando en esto, a veces me pregunto qué es realmente la actualidad de la Iglesia. La componen los grandes eventos y celebraciones, los debates teológicos y culturales, los nombramientos, todo eso es importante, desde luego. Pero hay un humus profundo sin el cual esas otras cosas no valdrían nada. Por ejemplo, la noticia de que en un pueblecito de Camboya ha sido consagrada una iglesia de ladrillo dedicada a nuestra inmensa Teresa de Jesús. Kampong Ko es un pueblo perdido en los campos de arroz, habitado por gente sencilla: jemeres y vietnamitas de tercera o cuarta generación. Pero su historia es importante para la comunidad católica camboyana. Este pueblo nació y creció como pueblo cristiano antes del terrible régimen de Pol Pot, al reunir a los pobres a los que un misionero francés, el P. Venet Robert, dio la oportunidad de cultivar los campos de arroz protegidos por una pequeña presa que había construido.

Sin embargo, su historia está marcada por el dolor: en 1970 contaba con 800 cristianos, pero después llegó la guerra, en la que resultó destruida una primera iglesia, y después vino la represión de los Jemeres Rojos. Desde 1995 comenzó una lenta reconstrucción. Hoy las comunicaciones son más fáciles, pero para muchos jóvenes eso significa también poder tomar caminos muy diferentes. En Kampong Ko se entiende bien qué es la misión. Su párroco es un togolés que trabaja en Camboya desde 2015, y el Prefecto apostólico es el español Kike Figaredo. Pero los grandes protagonistas son sus habitantes, como la anciana de 102 años que sostuvo la cinta de inauguración de la nueva iglesia, que fue bautizada por el P. Venet. La misma fe que ella ha custodiado en todo tipo de circunstancias es la que ahora transmite a sus nietos para que puedan vivir con certeza en el presente. Pues sí, esto es también actualidad de la Iglesia.