Volver a empezar
Escucha la Firma de José Luis Restán del martes 25 de noviembre

Escucha la Firma de José Luis Restán del martes 25 de noviembre
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Será uno de los obispos que reciban al Papa cuando tome tierra en Turquía. Es Antuan Ilgit, vicario apostólico de Anatolia, el primer obispo turco de rito latino que sirve a su tierra. Nació en 1972 en Alemania, donde habían emigrado sus padres. Las dificultades de trabajo y adaptación hicieron que su familia regresara a Turquía cuando tenía seis años. Siendo aún niño, a su madre le diagnosticaron un cáncer y él se preguntaba por qué Dios permitía ese sufrimiento. Buscaba un sentido, pero la fe musulmana en la que había crecido no le daba respuestas. Su familia era pobre, así que consiguió una beca para estudiar Administración Pública y Economía en la universidad. Se encontraba en Estambul para hacer unas prácticas cuando un día entró en la iglesia de San Antonio mientras se celebraba la misa en turco. Le impresionó ese Dios que se había hecho hombre, que había sufrido y que, por eso, podía ofrecer respuestas al sufrimiento humano. Comenzó el catecumenado. Se le presentó la posibilidad de ser militar, pero quería ser sacerdote, aunque eso suscitara todo tipo de incomprensiones. Ingresó en el noviciado jesuita en Italia y fue ordenado sacerdote en 2010.
Antuan soñaba con servir a la Iglesia en Turquía, porque le dolía que en su tierra no hubiera sacerdotes nativos para estar cerca de los fieles. En 2018, cuando el presidente Erdoğan se reunió con el papa Francisco en el Vaticano, le llamaron para hacer de intérprete, y aprovechó la oportunidad para contarle al Papa su deseo. Tres años más tarde, en 2021, regresó a su patria para trabajar especialmente con los jóvenes en la región interior de Anatolia.
Su historia personal le ayuda a comprender muchas situaciones: la de quienes piden el bautismo, muchos procedentes del islam; la de los inmigrantes, y la de los jóvenes, porque él vivió sus mismas turbulencias. Observa que a menudo el cristianismo es muy eurocéntrico: en cambio, el centro debe ser Cristo, cuyo mensaje partió de su tierra, tan importante para la cristiandad, y donde hoy, en cambio, la Iglesia casi no existe... Pero puede volver a empezar, como demuestra su propia historia.



