Data de la muerte: la técnica que emplean los forenses para identificar los huesos humanos encontrados en una cueva de Granada

Un grupo de espeleólogos encuentra huesos humanos en una cueva de Huéscar que podrían ser de una niña y una mujer desaparecidas hace más de 20 años

Imagen de archivo: un grupo de espeleólogos a la entrada de una cueva
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Pilar Abad Queipo

El trabajo de los forenses para identificar huesos humanos como los encontrados en una cueva de Granada

Pilar AbadGloria López Navas

Publicado el

4 min lectura

Pensaban que habían descubierto restos prehistóricos, pero no. Los huesos que un grupo de espeleólogos ha encontrado en una cueva prácticamente inaccesible de Huéscar, en Granada, han destapado un caso asombroso. Incluso podrían ayudar a resolver uno de los misterios más enigmáticos de los últimos años en la región. 

Porque, en realidad, esos huesos podrían ser de una niña de María Dolores, que desapareció en la zona en 1983, y de una mujer, Francisca, a la que se le perdió la pista a principios de los años 90.

Los análisis forenses ya han determinado que no estamos ante unos restos prehistóricos, sino ante algo desde luego, mucho más reciente.

De confirmarse esta hipótesis, el siguiente paso sería cotejar esos restos con los de algún familiar. Como ha explicado el delegado del gobierno de Andalucía, Pedro Fernández. "Si se corresponden con esas datas, con esas fechas, entonces se pedirá el contraste con los familiares posibles que estén vivos de estas dos personas, para comprobar si efectivamente estamos ante la menor desaparecida en 1983 en Cúllar, y en torno a los 90 una mujer adulta también del municipio de Huéscar”

investigación 

Juan Baño, jefe de Interior de COPE, explica en 'Mediodía COPE' cómo está yendo la investigación tras el hallazgo de estos huesos y su posible pertenencia a dos personas desaparecidas hace años. 

En este caso se trabaja en dos aspectos, "primero, acotar los años que tienen esos restos. Se trabaja en horquillas que van, a lo mejor, de 20 a 200 años, de 300 a 30. Horquillas muy amplias que dan en una primera impresión los médicos forenses" Y, después, "una vez acotados esos años, hay que determinar con exactitud si corresponden o no a esas personas mediante prueba de ADN, con los que se supone podrían estar relacionados familiarmente los huesos".

Ante la expectación que ha levantado este hallazgo y la preocupación de las familias, Baño confirma que "la juez que lleva esta investigación desde un juzgado de Baza, ha decidido adelantar este último paso y darle prioridad" al cotejo mediante las pruebas de ADN.

Por eso, "la Guardia Civil ya estaría intentando extraer los rastros de ADN de esos familiares, tanto de Paqui como de María Dolores, la pequeña de 10 años, para ver si corresponden o no en ese cotejo con los huesos encontrados", asegura Juan que incide en que se ha adelantado esta paso "ante la presión mediática, porque lo lógico sería acotar aún más la data, cerrar más la horquilla y posteriormente llevar a cabo el cotejo".

Un cotejo que, como aclara Baño "se puede realizar con la familia y de no ser positivo, podría hacerse con el banco de datos que existen, creado ex proceso por las personas desaparecidas".

Las técnicas que emplean los forenses para identificar los huesos humanos

Sabemos por dónde se mueve la investigación, pero ¿cuáles son las técnicas que utilizan los forenses para identificar los huesos humanos?  ¿Cómo se consigue identificar que estos huesos pertenecen a personas desaparecidas hace más de 40 años? 

Es lo que en "medicina forense llamamos data de la muerte", explica José Antonio Lorente, catedrático de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Granada, concretando que hoy día, "las técnicas de antropología forense, que por la degradación y la composición de los materiales que conforman el hueso, se puede llegar a una data donde más o menos y se puede saber si es reciente o sea menor de 30, 40, 50 años o mayor de eso".

Aunque expone que "hay tecnologías para hacerlo que tienen un margen de error" asegura que "orientan bastante para la investigación".

En este caso concreto, el ADN juega un papel fundamental, de ahí que la juez haya dado orden para acelerar este proceso y hacerlo cuanto antes. Con esos análisis se puede constatar que los huesos encontrados pertenezcan a la niña de 10 años. Por eso, "lo primero que hay que hacer es que se pueda extraer ADN de suficiente calidad y cantidad del hueso".

Y añade el forense que "que lo más normal es que en huesos que tengan menos de esa data y que hayan estado preservados relativamente bien, como puede ser dentro de una cueva, se pueda conseguir ADN y la comparación directa con familiares. Además, en este caso familiares muy directos como pueden ser hermanos, sí que permitiría una identificación bastante clara y suficiente de quién es la persona".

Aunque no todo puede quedar a expensas de esos análisis de ADN y "en  paralelo hay que seguir con la investigación de tipo antropológico que puede darnos información si ha sido una muerte violenta".

Como detalla, el estudio revela "cualquier tipo de lesión en un hueso que haya producido una fractura, una ruptura del hueso o cualquier otro tipo de lesión. Como puede ser, por ejemplo, un impacto por arma de fuego o por un cuchillo, por un hacha, por una piedra que produce en el hueso deformación". De manera que orienta a los forenses sobre una muerte violenta "que luego habrá que ver si es de tipo criminal o de tipo accidental" y que habrá que investigar a posteriori.

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