Vuelven las imágenes y lo sonidos de bombardeos en Oriente Próximo.

Hasta el momento, el resultado de esta nueva escalada de violencia en la zona es de 90 muertos, y de ellos 17 niños. Con este escenario, la pregunta en el aire es si están al borde de una nueva guerra.

Para hacernos una idea de lo que se está viviendo, nos vamos a situar en el lunes pasado. Ese día, siete de los más de 700 cohetes lanzados por Hamás contra Israel fueron dirigidos a la ciudad de Jerusalén, que no había sido blanco de los cohetes Qassam desde 2014, en el marco de la operación Protective Edge en Gaza.

En esa ciudad se escucharon entonces las alarmas con las se pedía a la población que debían refugiarse rápidamente. Las escuchó Rodrigo Arce. Rodrigo es un joven estudiante de ADE y Relaciones Internacionales en la Universidad Francisco de Vitoria. Ahora está en Jerusalén, con la beca Erasmus. Esta semana está viviendo en primera persona el aumento de la tensión en la zona.

Rodrigo explica su experiencia: “Se da un minuto y medio desde que empiezan a sonar las alarmas, y nosotros estábamos en un autobús. Veíamos a la gente refugiarse desde fuera, pero poco más pudimos hacer. Los israelíes lo tienen ya interiorizado, llevan años viviendo esta situación, es casi una normalidad. Pero nosotros, que somos todos estudiantes internacionales, nos costó un poco más la verdad, nos quedamos paralizados”.

Las últimas horas están siendo más tranquilas a pesar de un apuñalamiento de un hombre árabe, en esta ciudad que es el centro del conflicto, nos cuenta Rodrigo.

“Veníamos viendo tensiones… pero para nada pensábamos que iban a empezar a mandar cohetes. Nuestros amigos israelíes tampoco. Por sorprendente que pueda parecer, aquí creen en una desescalada. Es una situación muy espinosa, desde luego”, añade el joven español.

Lleva apenas mes y medio y ha tenido la mala suerte de vivir esta situación. Su búnker es su habitación, con una doble puerta y una doble ventana, en la que se refugia. Es una sala con seguridad, que tiene hormigón armado, los cierres de la puerta y la ventana se pueden bloquear. Él espera que sea solo cuestión de días.