Sergio Peris-Mencheta: así fueron los "730 días" que pasó entre la vida, la muerte y el renacer
Sergio Peris-Mencheta se sienta en los micrófonos de 'La Tarde', para presentar su libro 730 días

Sergio Peris-Mencheta se sienta en los micrófonos de 'La Tarde'
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Hoy, 29 de mayo de 2025, el actor y director, Sergio Peris-Mencheta se sienta en los micrófonos de La Tarde, para presentar su libro 730 días, un testimonio íntimo de transformación y supervivencia.
La fecha no es casual. Hace exactamente 11 años y un día, Sergio perdía a su padre, Luis, a quien llamaba cariñosamente "Paparotti" por su presencia imponente, su barba frondosa y su voz poderosa. También, hace justo un año y un día, recibió un trasplante de médula de su hermano Jon, un gesto de amor que le devolvió la vida. Y fue el 29 de mayo de 2024, exactamente hace un año, cuando llegó una noticia decisiva: su leucemia no era hereditaria. “Una certeza que trajo alivio, esperanza y sobre todo futuro”, especialmente para sus hijos,
EL CUERPO DIJO BASTA
Conocido por su intensidad, su energía inagotable y su pasión desbordante, Peris-Mencheta siempre fue un torbellino de proyectos. Pero en 2022 su cuerpo le puso un freno definitivo. La leucemia lo obligó a detenerse por primera vez en su vida. “Cada día es un reto”, reconoce, al hablar de los efectos secundarios del tratamiento. “Estoy fuera de enfermedad, pero arrastro las secuelas del trasplante, la quimioterapia, la radiación... y la medicación que aún estoy tomando. Es un paso a paso”.
EL PARA QUÉ, MÁS QUE EL POR QUÉ
Durante los 730 días que da título al libro, Sergio ha aprendido a mirar hacia dentro. “El ‘por qué’ no activa, el ‘para qué’ sí. ¿Para qué ha llegado esto a mi vida? ¿Qué sentido tiene?”, reflexiona. De aquel hombre acelerado queda hoy una versión más serena. “No es que me haya cambiado los ojos, pero sí me ha cambiado la mirada”.
Aun con dolores persistentes —de espalda, de estómago, articulares, “pinchazos eléctricos”— ha desarrollado una relación distinta con su cuerpo. “La respiración consciente me trae al presente, me ayuda a resetearme. Es la vía rápida para conectar conmigo mismo”.
escribir para sanar, escribir para recordar
El libro, que lleva por subtítulo La enfermedad como espejo del alma, nació como una herramienta de supervivencia. “Empecé a escribir un mes después del trasplante. Al principio no contesté a las propuestas editoriales. No estaba para eso. Pero luego decidí que sí. Si no hay juego, no me implico, y encontré una estructura divertida”, cuenta.
La escritura se convirtió en un refugio, en una forma de terapia. “Escribía para mí, por mí y para mí”, admite. “Redescubro cosas que había escrito y que se me habían olvidado. Es también un manual para el futuro y un legado para mis hijos, para que algún día sepan quién fue su padre cuando pasó todo esto”.
Y entre todas esas páginas, la figura de su padre aparece con fuerza. “Es un libro dedicado principalmente a él. Fue apareciendo cada vez más hasta apoderarse del relato. Le temí, pero fue la persona a la que más he querido. En mi caso, miedo y amor han convivido”.

"730" libros de Perís-Mencheta
EL HOMBRE QUE SE EMPIEZA A QUERER
Hoy Sergio también estrena obra de teatro, Blaubeeren, un thriller documental basado en una historia real, centrado en un álbum de fotografías de miembros de la SS en Auschwitz. “Es estremecedor ver esas imágenes. La obra muestra la banalidad del mal desde una perspectiva documental, sin ficción”.
A pesar de las secuelas físicas y emocionales, Sergio se reconoce como un “tipo con suerte”. “Antes me sentía un impostor. Rechazaba las críticas positivas. Ahora estoy empezando a quererme un poquito más. Cuando aparece ese diablillo que me dice ‘has engañado a todos’, trato de calmarlo. Me acaricio un poco el lomo”.
una carta al pasado
Si pudiera hablar con el Sergio de hace dos años, al borde del abismo, le diría simplemente: “Tranquilo, que todo va a salir bien”. Y aunque aún no se considera un hombre completamente en paz, camina hacia ello con la misma intensidad con la que antes vivía sin freno. Ahora, desde otro lugar: más consciente, más presente, más humano.
730 días, el libro que ya está en librerías, no es solo una crónica de enfermedad, es una historia de reencuentro, de amor, y de renacimiento. Como la canción de Drexler que da nombre al libro, “no hay rincón en esta casa que no te haga regresar”. Ni en su casa, ni en sus palabras, ni en su vida.