Y permíteme que ahora ponga un poco de optimismo, una sonrisa aunque parezca imposible, en medio de todo el desastre que la borrasca Gloria, que ya está dando sus últimos coletazos, ha provocado. El balance, personal, material, económico y medioambiental ha sido tremendo. Y no ha terminado. Pero esa sonrisa nos la va a provocar la cara del pequeño Yago. El bebé que nació en medio de Gloria, porque Yago se empeñó en nacer en uno de los peores días de la borrasca. El pasado martes.

Vanessa y Alejandro, sus padres, salieron de la Puebla de Híjar, un pequeño pueblo de la provincia de Teruel. Su objetivo: llegar hasta el Hospital de Alcañiz porque Vanessa estaba de parto. Cogieron el coche, tenían por delante 40km y lo que parece en un día normal una distancia corta, con la nieve la situación se complicó nada más salir.

La nevada se hacía cada vez más y más intensa. Vanessa y Alejandro apenas veían la carretera, el coche no podía avanzar por las condiciones de la carretera. Vanessa: "pensábamos que no llegábamos al hospital, las contracciones eran cada 15 minutos". 

Dos fueron de los agentes de la guardia civil del Destacamento de Alcañiz llegaron hasta el lugar para socorrer a la pareja. Uno de ellos es el Cabo Alexandre Martínez: "sabíamos que estaba de parto. Les abrimos camino para que llegasen bien. Éramos el único coche que circulaba".

Vanessa nos cuenta que ella y el pequeño Yago que está "precioso" se encuentran "muy bien". Entre risas Vanessa y Pilar Cisneros bromean, en el caso de haber sido una niña tendríais que haberle llamado "Nieves", a lo que Vanessa ha respondido: "o Gloria". 

Un final feliz para esta historia, porque depués de la tormenta siempre llega la calma.