Todo ocurrió durante un partido de semifinales de la Costa de la Luz Cup, en Punta Umbría. EL equipo “Alevín A” del Málaga, entre 11y 12 años, se enfrentaba al Sporting de Portugal por un pase a la final del torneo. Nada más comenzar la segunda parte, los padres y familiares empezaron a pelearse y a proferir insultos al campo.

El partido estaba siendo narrado por Canal Sur y los comentaristas no cabían en su sorpresa cuando se dieron cuenta, que ante lío organizado (el arbitro tuvo que parar el partido), los niños se dirigieron a la grada y le dieron “la espalda a la violencia, a sus propios seguidores, a sus familiares”.

Fernando Moreno es el entrenador del equipo y quiso explicar lo que ocurrió. “Se consensuó desde el cuerpo técnico el ir a calmar a los padres y los niños fueron también”, aclaró. Sobre el papel que juegan los entrenadores en el fútbol base ha dicho que son “gente educando en contra de cualquier acto de violencia”.

Moreno también ha querido destacar que “los entrenadores del otro equipo actuaron de forma espectacular”. La situación era difícil, ya que “tuvo que intervenir la seguridad privada”, pero el entrenador quiso asegurar que “no es habitual”. “ Los padres estaban mas en tensión al tratarse de una semifinal”, añadió.

“Como educadores intentamos que los niños estén al margen. Los padres tienen que ir a apoyar a sus niños”, sentenció Moreno. “Después del partido hablamos con algunos padres y ya no fue a más”. Este es un episodio propio de un mundo al revés. Cuando lo lógico sería que los padres dieran ejemplo a sus hijos y son estos los que les muestren el camino para ser mejores personas.