Foto de Fernando de Haro: "Todas llevan ollas. Solo se le ve la cara y las manos a las más vieja"
Fotografía del día de Fernando de Haro

Foto de Fernando de Haro: "Todas llevan ollas. Solo se le ve la cara y las manos a las más vieja"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Foto de una cola. De una cola de mujeres de diferentes edades. Solo se le ve la cara a la más vieja. Una de las jóvenes que está en la cola, móvil en mano, se tapa el rostro con un pañuelo. Otra ya usa velo hasta la nariz, por encima solo le asoman unas cejas anchas y unas pestañas largas. Las niñas que están en la cola están tapadas por las ollas. Todas llevan ollas. Solo se le ve la cara y las manos a las más vieja. La mano izquierda oscura y curtida como una pieza de cuero, la mano izquierda con los nudillos rozados y un anillo de oro bajo sostiene la tapa de una cacerola. La tapa de la cacerola boca arriba parece una antena que intenta localizar algún auxilio del cielo. La vieja lleva la boca cerrada con unos labios de madera, unos labios estrechos en los que desembocan las arrugas que nacen debajo de la nariz y los surcos que cuartean los pómulos. Las arrugas vuelven a organizarse en torno a unas ojeras profundas y a una frente sin cejas. Los ojos de la vieja son dos charcos que se asoman al fondo de un pantano sin agua, son lo que luce en el final de dos cuevas. Los ojos de la vieja, pequeños, de color de miel, cansados, miran muy atentos por ver si llega el auxilio del cielo en forma de caldo o de potaje con bofes de oveja o si acaso un guiso con algo de unto, con un puñaito de garbanzos y algunos fideos. La vieja se ha puesto la olla por montera y la panza de la cacerola parece un casco grande, un casco para protegerse de las maquinas de la guerra, para protegerse de si misma. La vieja espera un auxilio del cielo.