La foto de Fernando de Haro: "Solas echando remiendos y reforzando promesas"

La foto de hoy es de un taller de costura. Un taller de costura muy grande, casi no se le ve el final. La foto nos asoma al comienzo de una gran nave industrial con los techos altos con el suelo limpio. A un lado y a otro largas filas de mujeres jóvenes trabajando en mesas blancas bajo una luz blanca de tubo fluorescente. Cada chica está delante de una singer, que ahora las maquinas serán de otra marca. En medio del pabellón un pasillo marcado por dos líneas amarillas pintadas en el suelo por el que avanza una supervisora. Y se extiende por el aire una ola de voces metálicas, de pájaros de lata que pían sin alma y sin nombre. Por el aire se extiende el sonido de las maquinas de coser que tienen hambre. Las chicas hilvanan y puntean piezas de un paño muy rojo. Y no da tiempo de hablar o de reír más que en los descansos, y muchas cosas se quedan sin referir porque el tiempo es muy escaso y hay que comer y hay que ir al baño. Así que las cosedoras que quieren ser modistas están la mayor parte a solas con sus pensamientos, con sus representaciones. Alguna canta bajito, otra recuerda la letra de alguna copla o el final de una bonita historia. Están solas, solas con ellas mismas, solas con sus rencores, con sus tristezas, con sus contentos. Solas queriendo quererse sin presunciones ni pamplinas. Solas insatisfechas con lo que se les ofrece. Solas echando remiendos y reforzando promesas.