Foto de Fernando de Haro: “El muchacho tiene la mirada perdida como la de un pozo vacío...”
La fotografía del día de Fernando de Haro

Foto de Fernando de Haro: “El muchacho tiene la mirada perdida como la de un pozo vacío...”
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Foto tomada en Arguineguin, en Gran Canaria. Un hombre negro yace sobre una manta roja. La manta escarlata debe estar sobre el suelo y hace ondas y olas como un mar de vino joven. La cabeza del muchacho reposa en uno de los pliegues. Le han tirado la foto desde abajo, muy cerca del rostro. El muchacho extiende sobre su pecho una mano larga y elegante, una muñeca fina y huesuda, unos dedos que esperan las teclas de un piano. La otra mano se la lleva a la barbilla y la luz que llega desde arriba le da brillo a unos nudillos sarmentosos, a unas uñas de marfil lejano. El muchacho tiene los pómulos de piedra, tiene labios grandes, labios de noche. El muchacho sobre la oreja, tiene el pelo rapado y luego unas trenzas pequeñas, de punta. Al muchacho se le ve un ojo medio cerrado, medio abierto, un ojo con la forma de un pez. El muchacho tiene la pupila muy oscura y la mirada perdida. El muchacho tiene la mirada perdida como la de un pozo vacío, tiene la mirada perdida como el alma de una familia un domingo en un centro comercial, la mirada perdida y deshabitada como un desierto, la mirada hueca como una gran soledad. El muchacho tiene la mirada ausente como la cama de un difunto. La mirada del muchacho es como ese abismo que abre estrenar algo muy esperado, que cansa enseguida, como esa insatisfacción que nos persigue como una gran sombra, como el hueco que nos deja el día después de haber realizado una hazaña. El muchacho lo ha conseguido, ha llegado al paraíso y ahora mira sin ver.