

"A la flotilla, nadie les ha obligado, pero su iniciativa ni es un crucero de vacaciones ni una aventura de pijos con tiempo libre"
La comunicadora de 'La Tarde' analiza la flotilla que va a Gaza a poder llevar ayuda humanitaria. Una flotilla a la que escoltará el gobierno, como anunció Sánchez en la ONU
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Quedan causas por las que movilizarse en el mundo, la verdad es que siempre las hay. En Gaza miles de personas están muriendo bombardeadas. Miles se ven obligadas a abandonar sus casas. Con lo puesto, mucha gente está muriendo también de hambre. Esta mañana 11 palestinos fallecían, de hecho, en un bombardeo del ejército israelí contra una vivienda que servía de albergue a desplazados precisamente.
Las autoridades de la franja controlada por Hamás dicen que hasta la fecha han muerto más de 65,400 palestinos y más de 167,000 están heridos. Hace un mes partió de Barcelona rumbo allí rumbo a Gaza, una flotilla de barcos con 500 personas a bordo de más de 40 países con un cargamento de ayuda humanitaria. El ejército de Israel dice que la expedición está organizada por los terroristas de Hamás.
La flotilla ha denunciado explosiones cerca de sus barcos, la presencia de numerosos drones alrededor de la flota y que sus comunicaciones están siendo interferidas por la música de Abba transmitida por sus radios. Dicen que quieren parar el asedio ilegal en Gaza y procurar alimentos a quienes los necesitan. Además, de manera urgente. No van a parar una guerra, pero están en su derecho.
Nadie les ha obligado, pero su iniciativa ni es un crucero de vacaciones ni una aventura de pijos con tiempo libre. Ellos piensan que la suma de muchos gestos lo logrará, pero entrar en aguas de un país en guerra es poner su vida en peligro y cabría preguntarse si en este caso no es peor el remedio que la enfermedad.
España e Italia han enviado esta mañana dos buques militares a la zona por si sus compatriotas necesitaran asistencia y como forma de disuadir también frente a posibles ataques del ejército israelí. Y los jefes de gobierno de Italia y de España han reaccionado de manera muy diferente. Pedro Sánchez, que sabe que en la cuestión de Gaza tiene a su favor a la mayoría de la sociedad española, defiende el gesto de estos activistas.
En cambio, la primera ministra italiana Georgia Meloni dice que la acción de estos barcos es innecesaria, peligrosa e irresponsable. Meloni dice que no hay necesidad de entrar en una zona de guerra para hacer llegar una ayuda que el gobierno italiano podría entregar en horas. Les ha pedido que desembarquen su ayuda en Chipre y que vuelvan a casa. Es verdad que la italiana es el principal apoyo de Netanyahu en Europa y que tiene que hacer equilibrios entre su alianza con Israel y Estados Unidos y una opinión pública que, al igual que la española, está indignada con la masacre de Gaza.
Ya ves que en política se puede hacer de bombero o de pirómano, se pueden calentar los ánimos o enfriar las aguas y mientras la guerra continúa en Gaza.