La libertad de movimientos es un derecho fundamental. Hasta que comenzó la pandemia disfrutábamos de ella sin darnos cuenta. Estábamos acostumbrados a salir y a entrar de casa a la hora que queríamos y a donde queríamos. Uno de los choques, no el menos importante, de este año de pandemia es habernos dado cuenta de que esa libertad se puede restringuir, para el que ha nacido y crecido en democracia es un golpe duro. En este caso está justificadísimo.

La libertad de movimientos es un derecho fundamental pero por el extraño estado de alarma que el Gobierno de Sánchez puso en marcha en octubre y que durará hasta mayo sobre nuestra libertad de movimientos decide cada comunidad autónoma. Y no hay ningún organismo, desde luego el Ministerio de Sanidad, que pueda tomar una decisión en lugar de cada autonomía.

El Consejo Interterritorial reúne como sabemos a las autonomías y al Ministerio. De modo que se puede dar una situación límite como la que se puede dar esta tarde en el Consejo Interterritorial donde se va a discutir si debe haber cierre perimetral y Semana Santa. Su reglamento establece que las decisiones se toman por consenso. Y recordamos que en septiembre el ministro Illa quiso imponer en el Consejo un cierre de Madrid y al no haber consenso, porque tuvo en contra a las autonomías del PP no pudo hacerlo.

Respecto a los datos epidemiológicos, ha bajado la incidencia a 168 casos, muchas comunidades han aprendido, por fin. Mientras, Sanidad también quiere cierres perimetrales.

Simón apuesta por impedir los viajes entre autonomías en Semana Santa. Por otro lado las comunidades autónomas no comparten la llegada de los madrileños. Pero Ayuso, con una de las tasas de incidencia para Madrid ha sugerido que ella quiere hablar. La presidenta regional propone que se puedan levantar las restricciones de Semana Santa.