La Junta Electoral Central va a tener que decírselo cantando. Porque Torra es el tío más cansino que pueda uno imaginarse. Once días ha tardado en retirar los lazos amarillos y no contento con la desobediencia, después de retirar la pancarta con el lazo amarillo, después de la pancarta con el lazo blanco, y después de que venciera a las tres de la tarde el plazo dado a los Mossos para retirarla ha puesto una pancarta en favor de la libertad de expresión.

Podemos mandarle a María Jimenez para que le cante que se acabó.

Y si no se entera podemos mandarle a Abraham Mateo y a Jennifer Lopez.

Pero como es duro de oído nos queda como último recurso mandarle a Loquillo para explicarle que está al final de la escapada.

No hay peor sordo que el que no quiere oir. Ya oirá lo que dice la justicia sobre su desobediencia. La fiscal general del Estado, María José Segarra, ha ordenado al fiscal superior de Cataluña, Francisco Bañeres, que interponga una querella contra el presidente catalán.

Torra sigue burlando a la justicia con la sustitución de pancartas. El independentismo es experto en sustituciones, sustituyó a los políticos presos que recurrieron a la violencia, y a los fugados por lazos amarillos, a los lazos amarillos por lazos blancos y a los lazos blancos por pancarta sin lazos. El independentismo y la sustitución. En realidad el independentismo es muy de sustituir. Sustituye una ataque a las consejerías como el del 20 de septiembre por una supuesta romería de flores cantos, sustituye en el fondo la realidad por la no realidad.

Pedro Sánchez no ha querido desde Bruselas, tras el Consejo Europeo, valorar, la actuación de la fiscalía. Y muy suavito ha defendido que se apueste por la política como un instrumento para resolver los conflictos.

¿Sigue apostando por el diálogo con Torra? El Gobierno tiene perfil bajo en lo de los lazos. A Celáa, la portavoz del Gobierno, tras la rueda de prensa ha argumentado que no había nada que pudieran hacer antes de las elecciones para forzar que se descolgasen los lazos amarillos. No era eso lo que decía el pasado 6 de septiembre Grande Marlaska pacto con el consejero de Interior, Miquel Bruch, que el espacio público fuera neutral.