La foto: “El niño espera que el resto del mundo, que los vivos, despierten”
Escucha la foto del día de Fernando de Haro

Madrid - Publicado el - Actualizado
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La foto que me ha llamado la atención la visto publicada en el diario El País. Esta tomada en una zona de colinas, de rebollos y de encinas. Una multitud de hombres, solo hombres, se han reunido junto a una excavadora. Algunos se han subido al techo de la máquina. Muchos tiene barba de barios días y la tez oscura que tenemos los hombres blancos del sur. Todos visten ropa modesta, comprada en algún bazar a bajo precio. Están muy juntos, tranquilos, miran en la misma dirección, hacia la derecha, hacia algo que sucede fuera de la foto. Esperan que ocurra algo, esperan tranquilos. Pero lo que esperan no va suceder. Porque hay otro pozo traidor, otra chimenea del averno que se ha tragado a otra criatura inocente. Otra vez el incomprensible sufrimiento de los inocentes. El niño ha salido dormido, dormido para siempre, el niño espera que el resto del mundo, que los vivos, despierten. Los hombres del país, que como es habitual en todos los países, estaban en sus cabildeos, en sus rencillas, en alimentar la memoria de las ofensas recibidas como se alimenta la planta de un cardo gigante, los hombres que estaban en lo de siempre, en su ansia de carne, de dinero y de mando, los hombres que son bestiales como siempre, incapaces de apreciar el prodigio de los almendros ya blancos, sordos al portento del gorgoteo de los pájaros, los hombres se han reunido en torno al pozo. Porque no se puede estar solo cuando se espera que algo imposible suceda, porque no se puede llorar solo cuando no ha ocurrido. Los hombres han dejado de requerir diferencias, justificar incontinencias, urdir violencias, tejer justificaciones. Los hombres esperan lo imposible que no va a suceder. ¿Seguro? ¿No ha ocurrido ya?



