La puedes usar como antioxidante para lo tornillos, vertiendo una buena cantidad de cerveza sobre ellos, ayuda a disolver el óxido de estos materiales. Solamente hay que esperar unos minutos para que haga efecto.

Si limpias la madera con cerveza, relucirá más que nunca; compruébalo pasando un trapo mojado con este líquido sobre superficies de madera, y el material ganará brilló y parecerá menos anticuado.

La cerveza también mantiene las ollas y sartenes más relucientes, al igual que en la madera, los objetos de acero o cobre también recuperan brillo gracias a ella, solo tienes que frotarlas con un paño mojado en cerveza.

También sirve para ahuyentar a los insectos, gracias al olor que desprende, la cerveza funciona como un perfecto insecticida. Solo hay que llenar un vaso, taparlo con un plástico y esperar a que las víctimas caigan en la trampa.

Otro uso de la cerveza es como quitamanchas, desde las más comunes a las que más se resisten, repasando la zona afectada con una esponja con cerveza, veremos como van desapareciendo siempre que no sean de cerveza.

Y el último uso que le hemos encontrado a la cerveza es como fertilizante; sus distintos nutrientes ayudan a las plantas a acelerar su crecimiento y por si fuera poco, también funciona como abono.