La fiebre de las continuaciones continúa en la pequeña pantalla. Son cada vez más frecuentes las continuaciones de series de hace varios años como Gossip Girl, Embrujadas o Dinastía. Y la ficción española tampoco se libra. Los hombres de Paco, Los protegidos o Física y Química también regresaron. Y El Internado no iba a ser menos.

En este caso, la conocida serie regresa en forma de reboot. Es decir, en una especie de reinicio que cuenta con algún elemento de la original. Y lo hace con El Internado Las Cumbres. Un drama donde el misterio y el terror vuelven a ser los protagonistas.

En esta ocasión los acontecimientos no suceden en un colegio privado para niños ricos y algún que otro becado, esta vez los alumnos son chicos problemáticos y rebeldes a los que sus padres envían a Las Cumbres con la intención de reinsertarlos en la sociedad. Es el caso de Manu (Carlos Alcaide), un joven que intenta huir del colegio y que acabará siendo raptado por un hombre con una mascara de cuervo. Junto a él intentan huir su novia, Amaia (Asia Ortega), la estudiante más rebelde del instituto, su amigo Paul (Albert Salazar) y su hermana Adele (Daniela Rubio). Sin embargo, los tres son pillados antes de huir y deben regresar al internado donde solo cuentan con el apoyo de Elvira (Mina El Hammani), su profesora de ciencias y experta en plantas que está ahí en busca de su doctorado y Elías (Alberto Amarilla), su profesor de latín y monje que no estará nada de acuerdo con las estrictas normas que imperan en este internado dirigido por Mara (Natalia Dicenta) y donde los cuervos están presentes allá donde mires.

Y es que este animal es un elemento de lo más importante en El Internado Las Cumbres. Son el símbolo de una logia del siglo XX a la que parece pertenecer el secuestrador de Manu y que habitaba en el antiguo monasterio donde ahora se instala el colegio y donde el misterio que hay alrededor de la desaparición de Manu será sus gran protagonista.