El malagueño Pablo Ávila, de 27 años y graduado en Telecomunicaciones, siempre tuvo una fuerte vocación emprendedora. Él es el creador de marca de calcetines ‘Moustard’, junto con su amigo y socio Barkan Ersoy. En apenas un año y medio ambos han conseguido vender más de 30.000 pares de calcetines en cuatro países. “Llevamos ya casi dos años y lo que empezó como un entretenimiento entre dos amigos del trabajo ha llegado a un punto en el que está creciendo mucho y se está convirtiendo en algo más serio” señala este joven en ‘La Noche de COPE’.

Reconoce que su laboratorio han sido sus propios familiares. Su padre no tiene ningún pudor en enfundarse los calcetines de color rosa y kiwi: “Aunque al principio le producían un fuerte rechazo, ahora se han convertido en un complemento imprescindible en su indumentaria”. Pablo considera que cualquier comienzo empresarial siempre entraña riesgos: “Cuando empiezas a montar una empresa sin mucho presupuesto tratas de abaratar costes y en ese sentido mi compañero de piso tuvo que aguantar cuarenta o cincuenta cajas de calcetines en el salón”.

Toda esta labor la compagina con su trabajo de ingeniero por las mañanas en Londres, ciudad en la que vive. “Por la mañana me dedico a trabajar en telecomunicaciones y por la tarde vendo calcetines”, concluye.