Esta es la historia de tres asesinos. Uno de ellos sólo mató a una persona, pero ella era una actriz famosa. Otro mató a 13 personas porque oía voces en su cabeza que así se lo indicaban. Y el otro iba quitando vidas a sus víctimas como si se tratara de un juego.

La joven Mary Guifoyle hacía autostop en una carretera apartada de Santa Cruz (California) sin imaginar que su muerte rondaba cerca. Nada más verla, Herbert Mullin detuvo su vehículo y la invitó a subir. Tras unas cuantas frases intrascendentes, la apuñaló de manera repentina, sin darle ocasión de defenderse o de huir. Luego, trasladó el cadáver de la mujer a un bosque apartado, donde abrió su abdomen con una navaja. Sacó los intestinos y los colgó de las ramas de un árbol, buscando en ellos lo que el agresor llamaba “contaminación”. Herbert, el asesino, decía escuchar voces en su cabeza. Voces que le empujaron a matar a 13 personas a modo de sacrificio para los dioses, para evitar así la destrucción de California por medio de unos terribles terremotos.

Estos son los expedientes de tres asesinos especialmente sádicos, que pasaron a la historia por haber cometido crímenes que demuestran su falta de emociones y de empatía. Además de Herbert Mullin, conoceremos al popular ‘asesino del ajedrez’, Alexander Pichushkin, uno de los peores criminales rusos de todos los tiempos. A comienzos del año 2000, empezó a matar víctimas intentando completar un tablero de ajedrez. Aunque no alcanzó las 64 casillas, sí aseguro haber quitado la vida a 61 personas.

También analizaremos el crimen de John Thomas Sweeney. Él era un completo desconocido, pero su novia, a la que mató por medio del estrangulamiento debido a los celos, era Dominique Dunne, una actriz emergente que ya había empezado a despuntar en el mundo del cine, haciendo de hermana mayor en la película de terror "Poltergeist", del director Steven Spielberg.