“Volar en la Patrulla Águila supone un riesgo máximo”. Son palabras de Rosa María García-Malea, primera mujer en pilotar un F5, un F18 y en formar parte de la Patrulla Águila, el grupo de vuelo acrobático del Ejército del Aire creado en 1985. Hacen maniobras como el looping invertido y el aterrizaje en formación durante sus exhibiciones por España y Europa.

“El riesgo es máximo porque somos siete aviones que volamos muy cerca uno del otro y, además, tenemos poca posibilidad de practicar, ya que es algo voluntario que hacemos en nuestro periodo vacacional”, explica esta joven de 36 años en ‘La Noche’ de COPE.

Rosa María estudió Arquitectura Técnica, Idiomas y Ciencias Químicas en Granada. Opositó a la Escala Superior de Oficiales del Cuerpo General del Ejército y con solo 21 años superaba las pruebas. No contenta con todo esto, a los 25 años, realiza un curso de caza y ataque en la base Aérea de Talavera la Real y se convierte en la primera piloto de caza del Ejército español en pilotar un F5. Un año después se convierte en la primera mujer española en pilotar un F18. Y ya puestos a volar, a los 36 años se convierte en piloto de la Patrulla Águila, a la que pertenece desde 2017.

“Lo tuve muy claro desde el principio. Siempre quise ser piloto. Mi abuelo, un tío y un primo son militares, a lo mejor me vino por ahí la vocación. Lo de estudiar Arquitectura o Químicas era un empujón para poder opositar y poder entrar en la Academia del Aire”, relata Rosa María a Adolfo Arjona durante la entrevista.

“Un caza supera los 900 kilómetros por hora, pero en casa lo llevan bien porque mi marido también fue piloto de caza y formó parte de la Patrulla Águila. Lo que lleva peor es quedarse en casa con los tres niños mientras yo viajo por Europa volando”, bromea durante la conversación.