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James y Harding: así eran los forajidos del salvaje Oeste

Fueron los pistoleros más famosos del Oeste americano, en una época en la que usar el revólver era la manera más recurrente de solucionar los problemas

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Tiempo de lectura: 1'Actualizado 11:13

A mediados del siglo XIX, los hermanos Jesse y Frank James formaron una de las bandas de pistoleros más temidas del Oeste Americano. Fueron conocidos como los “Guerrilleros de la Confederación”. Aunque de cara a la justicia eran unos criminales sin escrúpulos que robaban bancos y trenes, y que no tenían reparos a la hora de matar si alguien entorpecía sus planes… muchos ciudadanos los consideraban como auténticos héroes, como rebeldes que luchaban contra el poder establecido.

El 3 de abril de 1882, Jesse James murió de la manera más inesperada. Su compañero Bob había pactado con el gobernador de Missouri un indulto, y una buena suma económica, a cambio de acabar con la vida de su jefe. Aquel día, mientras Jesse limpiaba el polvo de un cuadro, Bob sacó su revólver, apuntó a la cabeza del pistolero, y apretó el gatillo, provocando la muerte de una auténtica leyenda que ha quedado inmortalizada en novelas y películas.

Esta noche abriremos también el expediente de John Wesley Harding, otro forajido mítico. Dicen que fue uno de los pistoleros más hábiles de todos los tiempos, y que no dudaba en usar la violencia para solucionar sus problemas. Los muertos que dejó a su paso le llevaron a pasar dieciséis años entre rejas. Asombrosamente, al quedar libre se convirtió en abogado, pero su pasado pesaba demasiado, y fue abatido a tiros por un agente de la ley en Texas.

Quedaría para la historia la biografía incompleta que el propio Harding mismo redactó, y en la que plasmó los sucesos más importantes de cuantos le habían acontecido, bajo el título de “Vida de John Wesley”.

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