Guillermo Vila: "Puede que algún día disfrutemos de energías verdes, pero hoy priman los números rojos"
El comunicador repasa en La Mañana de Fin de Semana cómo será el nuevo curso y la situación a la que nos enfrentaremos con la entrada en vigor del Decreto aprobado en el Congreso

Guillermo Vila: "Puede que algún día disfrutemos de energías verdes, pero hoy priman los números rojos"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Bueno, estamos empezando el último fin de semana del mes o, lo que es lo mismo, el último fin de semana para aquellos que hayan disfrutado de sus vacaciones en agosto. Se acerca la vuelta al cole, a la oficina, a la obra, al negocio y se acerca, además, con esa extraña sensación que tenemos todos como de fin de ciclo. Este verano ha sido una especie de paréntesis, un “vamos a disfrutar de este verano y luego Dios dirá”.
Bueno pues ese luego ya está aquí. Este va a ser el curso de los precios altos, de la inflación disparatada que sufrimos y que no parece que vaya a reducirse sensiblemente en los próximos meses. Empezando por el precio de algo tan sensible como la luz. Y aquí conviene empezar a preguntarnos si la famosa excepción ibérica está surtiendo efecto. Si verdaderamente ha solucionado algo el problema. Por un lado, es verdad que los precios de mayorista son mayores en el resto de países de Europa pero, por otro, también es cierto que hoy en España la luz cuesta un 40 por ciento más que cuando entró en vigor el tope del gas el pasado 15 de junio. Hoy sábado la electricidad sube hasta los 385 euros el kilovatio hora, un 21% más que ayer viernes.
Jorge Sanz Oliva, expresidente de la comisión de Transición Energética, ayer en Herrera en Cope decía que la excepción ibérica de la que alardea el gobierno no funciona.
Y, ¿qué debemos hacer los próximos meses? Contaba este experto energético que la clave pasa por llenar nuestras reservas estratégicas al cien por cien cuando empiece el otoño. Esto es, unas reservas que deberían cubrir 20 días de consumo.
Entrada en vigor del nuevo Decreto en el Congreso
Y precisamente por esta necesidad de ahorrar es por lo que todo el viejo continente está adoptando distintas medidas. Aquí en España, como sabes, y como es tradición, esas medidas se están adoptando en un clima de fuerte crispación política. Y aquí no cabe más reconocer, aunque no solo, la especial responsabilidad que tiene el Gobierno. Ayer conseguía sacar adelante el Decreto del 1 de agosto, el de la calefacción a 19 grados y el aire acondicionado a 27, y lo hacía, sin diálogo alguno y fiando su aprobación a la compañía habitual: los Bildu, los Esquerra, los PNV… esos que todos conocemos como la mayoría frankestein y que la portavoz de Bildu, el partido de Otegi, llamó el otro día la mayoría plurinacional.
Y digo que la especial responsabilidad recae en el Gobierno porque es él el que tendría que impulsar en este asunto, que es una cuestión clave, nuclear, que afecta al interés general, un consenso mucho más amplio. No vale con sacar adelante este decretito y luego salir a celebrarlo como si fuera una ley más. Estamos hablando de pasar frío en invierno, estamos hablando de ganar una guerra , esto es algo muy serio que no debería reducirse a un ejercicio más de geometría parlamentaria.
Porque el Gobierno sigue en sus trece dedicado a tiempo completo a la noble labor de insultar a la oposición. Ayer se sumó a esa estrategia el ministro Bolaños, que llamó toxico al PP.
Ahora el Ejecutivo tiene una nueva oportunidad, porque en realidad el decreto aprobado el jueves no es más que el prólogo del verdadero plan de ahorro en el consumo de gas que España se ha comprometido a sacar adelante con Bruselas.
La idea del ministerio que dirige Teresa Ribera es tener listo ese plan de contingencia este mes de septiembre. Para ello, la propia ministra inició ayer una serie de reuniones con agentes implicados, empezando por el presidente de Enagás, que es el gestor técnico del sistema gasista español. Aseguran desde el Gobierno que el objetivo de esta estrategia es impulsar el ahorro y la eficiencia; el ahorro de combustibles sobre la base de la electrificación y el impulso de energías renovables como biogás, biometano e hidrógeno.
Lo que el Ejecutivo se niega es abrir el melón de otras energías como la nuclear o incluso el carbón, que es por lo que están apostando cada vez más países en un ejercicio de pragmatismo que quizá debería hacernos reflexionar. Puede que en el mundo del futuro disfrutemos de energías verdes, seguras, limpias, en fin, pónganle todos los adjetivos ecosostenibles que quieran. Pero en el mundo de hoy, que atraviesa una situación totalmente excepcional, en este mundo de guerra, lo que prima son los números rojos a los que estamos abocando a cada vez más familias.
Y, al final, la política es siempre el arte de lo posible, de lo real, de lo tangible. De lo que se puede hacer hoy. Y hoy, España y el mundo, lo que necesita es una solución eficaz al grave problema de pobreza energética al que nos enfrentamos.
Subida del SMI
Bueno y en medio de este escenario se está produciendo un fenómeno curioso en España, que es el de ver a la ministra de Trabajo del Gobierno arremeter contra los empresarios. Directamente. Es decir, contra quienes crean y mantienen puestos de trabajo en España. El tema de fondo es si conviene o no subir el salario mínimo interprofesional. Yolanda Díaz, en un gesto que, desde luego tiene mucho que ver con la necesidad que tiene de encontrar un espacio político en el que visibilizarse ante el inminente ciclo electoral, arengaba este jueves a los sindicatos a movilizarse contra la patronal.
Pedía Díaz a los empresarios compromiso de país, como si no fuera ya levantar la persiana. No parece razonable volver a levantar esa barrera un tanto demagógica, esa frontera que se supone que separa a los malísimos empresarios y a los sufridos y resignados trabajadores. Dibuja una realidad simple, reducida, pequeña y que además no sirve.
Pero ya digo, el debate en sí es interesante. ¿Es el momento de subir el salario mínimo? La idea de Yolanda Díaz es que el SMI suba más allá de 60% del salario medio y que alcance los 1.050 €. Es verdad que los últimos convenios contemplan subidas del 3 por ciento y que la inflación está casi en el 11. Pero no son pocos los expertos que apuntan a que subir los salarios a ese mismo nivel, además de para vaciar las ya de por sí maltrechas arcas públicas, solo serviría para impulsar rápidamente el consumo y, de esa manera, que sigan subiendo los precios. Con lo cual, se consumaría una espiral peligrosísima de la que no acabaríamos de salir. Ricardo Palomo, economista, en Cope.
La prioridad es bajar los precios. Esa es la máxima de todos los organismos internacionales. Del Banco Central Europeo, que volverá a subir los tipos de interés para tratar de frenar la inflación y de la Reserva Federal Estadounidense. Ayer lo dejó muy claro el presidente de la Reserva Federal Estadounidense, Jerome Powell.
Inmediatamente después de las palabras de Powell las bolsas empezaron a bajar. Realismo frente a idealismo, política real frente a ideología, ese parece ser el debate al que nos enfrentaremos los próximos meses.



