Fernando, es un ejemplo de los millones de españoles que se encuentran en el mercado variable y que, de momento, paga mucho más cada mes por su tarifa eléctrica: “soy el primero que ha tenido que aprender a convivir con estas nuevas tarifas y a poner la lavadora por las noches y a tener cuidado con el ventilador y el aire acondicionado con la que estamos pasando en Madrid porque es inviable”. Esto no solo lo vemos en nuestro país. Toda Europa se enfrenta a una crisis energética sin precedentes, fomentada por la Guerra en Ucrania. De hecho, si finalmente Rusia corta totalmente el gas, algunas voces ya hablan de una posible recesión en el continente Europeo. Por ello, países como Francia están empezando a proponer soluciones como, por ejemplo, la nacionalización de distintas compañías eléctricas.

Esta semana, la primera ministra francesa, Elisabeth Borne, anunciaba que el Estado francés tiene la intención de controlar en su totalidad la central nuclear de Electricite France. No es solo la mayor compañía eléctrica de Francia, sino que lo es de toda Europa. Partimos de la base de que el Estado francés ya posee el 84% de las acciones y ahora busca hacerse con la totalidad. El Gobierno cree que esta es la mejor vía que tiene Francia para anticiparse al fin del gas ruso. Por los micrófonos de COPE ha pasado José María Yusta, experto energético. Considera que la decisión adoptada por el ejecutivo francés traerá más problemas que beneficios: “con el monopolio total de esa producción de la parte de la energía nuclear, que es la principal fuente de producción eléctrica en Francia, la consecuencia será menos transparencia en la gestión y probablemente pocos beneficios a corto plazo en cuanto a mejora de la situación de los precios de mercado de generación francés”.

Pero cada país tiene un criterio propio. Por ejemplo, en Suecia el mercado eléctrico es 100%. En el caso alemán es mixto, aunque las grandes empresas son privadas.

En España hay tres empresas que controlan el mercado energético: Iberdrola, Naturgy y Endesa. De esta forma, nuestro estado solo está presente en la red de distribución, aunque solo con una participación del 20%. Por ello, para Ayusta, para España, sería totalmente inviable seguir el ejemplo de Francia: “el mercado español ha funcionado realmente bien durante los últimos 24 años. Las empresas han demostrado mayor eficiencia una vez que se constituyeron y no hay razones para pensar que la nacionalización de esas compañas serían bueno para los consumidores, a parte de que el coste sería inasumible, la compensación sería muy elevada”.

Otra de las fórmulas para hacer frente a la inflación que sufrimos actualmente es la energía nuclear. Al contrario que la ya mencionada Francia, países como Alemania o España se han propuesto el total desmantelamiento de plantas y reactores nucleares. De hecho, nuestro país solo tiene a día de hoy siete reactores activos. A todo esto, en un contexto en el que desde Europa se ha puesto por bandera apostar por la energía nuclear como energía verde

Esta misma semana el Parlamento Europeo apostaba por incluir el gas y las nucleares al mismo nivel que las energías renovables. Todo ello a pesar de la oposición de expertos y grupos ecologistas, que consideran que la medida retrasará la transición energética europea.

Aunque este anuncio ha sido celebrado por el sector de las nucleares. Emilio Mínguez, es vicepresidente de la sociedad nuclear española, considera que el rumbo que está llevando nuestro país en comparación con Europa, no beneficia a nadie: “Sería un error cerrar las centrales nucleares y estamos pidiendo al gobierno concretamente el alargamiento de la operación de las centrales siempre que estén dentro de los tramos de seguridad que se imponen a través del consejo de seguridad”.

En este contexto de crisis, otra de las opciones que están sobre la mesa es el carbón y la reapertura de las centrales térmicas. Países como Alemania o Austria reactivarán centrales de carbón que estaban en proceso de cierre. Una decisión que, si se adopta en España, no sería beneficiosa teniendo en cuenta lo que contamina. Así lo ve el propio vicepresidente de la sociedad nuclear española: “sustituir estas centrales por otras energías que son emisores de CO2, va en contra de la sostenibilidad. Si lo que queremos es descarbonizar de aquí al año 2050 la producción energética, no tienen ningún sentido”.

Otro de los factores a tener en cuenta es el empleo que generan estas centrales.Solo en nuestro país se generan unos 27.000 trabajos derivados de la energía nuclear. La industria genera unos 8.500 puestos de trabajo directos según los datos de la Sociedad Nuclear Española. También es importante su papel en los indirectos e inducidos en zonas rurales. Juan Pedro Sánchez Yebra es el presidente de la Asociación Española de Municipios en Áreas con Centrales Nucleares. Cree que lo ideal es que haya un “mix energético” en el que, por supuesto, la energía nuclear esté presente.

A final de cuentas, la presencia de centrales nucleares en los pueblos siempre ha generado debate. Mientras algunos se niegan a vivir al lado de una, otros ven en su construcción una oportunidad. Así lo ve Berta. Es una vecina de la localidad cacereña de Almaraz. En la localidad hay una central nuclear con dos reactores: “La gente que trabaja allí al final acaba viniendo aquí. Entonces, es bueno para los negocios porque nos trae a mucha gente. A parte de que las centrales dan mucho dinero”.