Países Bajos se ha unido recientemente a Suecia, Italia y Francia al implementar esta restricción, argumentando que los teléfonos móviles distraen el aprendizaje de los estudiantes. Aunque enEspaña no existe una normativa general al respecto, algunas comunidades como Madrid y Galicia han prohibido su uso en las aulas.

El Instituto de Las Chapas, en Málaga, liderado por la directora Mariló Domínguez, ha sido uno de los centros educativos españoles que ha decidido prohibir los móviles en todo el recinto escolar. Como alternativa, implementaron un proyecto para "dinamizar los recreos" con actividades deportivas, música, baile y biblioteca. Según Mariló, el primer año sin móviles fue sorprendentemente bien recibido por los estudiantes, aunque los padres mostraron más resistencia ante la medida.

Esta prohibición genera controversia, ya que algunos expertos consideran que en lugar de prohibir, se debería educar a los estudiantes en el uso responsable de la tecnología. La psicóloga infantil Blanca Betes sugiere que la tecnología podría ser una herramienta pedagógica si se utiliza adecuadamente. Sin embargo, otros argumentan que muchos adolescentes no tienen la madurez suficiente para establecer límites en el uso de la tecnología durante las clases.

Una medida no exenta de controversia

Blanca Cogollos, otra psicóloga, destaca que no existen estudios concluyentes sobre el impacto de la tecnología en las aulas, incluyendo el uso de móviles y tablets. Se plantea la pregunta sobre el propósito y el valor añadido de introducir tablets en las clases. Mientras los gobiernos europeos retroceden en su aplicación, España se encuentra en una situación donde cada vez son más comunes en las aulas.

Aunque en Madrid y Galicia están prohibidos los móviles, las tablets, que suelen tener conexión a internet, son una alternativa que no puede ser controlada de la misma manera. Alba, una estudiante de 15 años, menciona que su colegio prohíbe el uso de móviles, pero a veces los profesores les permiten utilizarlos para ciertas actividades. Además, señala que las tablets pueden ser utilizadas de forma similar si se tiene ingenio.

Julio García, un experto en comunicación de la Fundación Casaverde, destaca que no se debe equiparar las tablets con los móviles, ya que este último ha contribuido a la pérdida de habilidades de comunicación entre los jóvenes.

A medida que la prohibición se extiende por Europa, surge la pregunta de si España debería seguir el ejemplo.

Con la gran cantidad de adolescentes que poseen móviles (2 de cada 3 a los 12 años y el 96% a los 15 años), queda claro que educar en el uso adecuado de la tecnología debe ser un esfuerzo conjunto entre las familias, la comunidad educativa y los propios estudiantes, quienes aún son niños y necesitan supervisión.

En última instancia, la decisión de prohibir o regular el uso de dispositivos móviles en las escuelas recae en las autoridades educativas de cada comunidad en España. Sin embargo, es fundamental que se lleve a cabo una reflexión profunda sobre los beneficios y desafíos que conlleva la tecnología en las aulas, y se establezcan políticas coherentes que fomenten un entorno educativo saludable y propicio para el aprendizaje.