"¿Por qué los jóvenes sufren más el síndrome del trabajador quemado? Echarle la culpa a ellos, decir que han perdido capacidades, es caer en la trampa de pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor y eso no es serio"

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Estás laboralmente quemado, exhausto, en inglés hay un término para explicar esta situación, se habla del 'burn-out', el síndrome del trabajador quemado. Ya tenemos a estas alturas las vacaciones olvidadas y ahora, claro, reaparece el problema de los trabajadores quemados. Hace unos días hemos conocido un estudio de AI Business School sobre este asunto y los datos son contundentes, el 25% de los trabajadores españoles ha tenido que pedir la baja, el 44% de los trabajadores españoles no se siente escuchado. 

No es solo un problema que afecte a España, la revista Forbes publicaba hace unos días una encuesta que refleja que un 66%, dos de cada tres trabajadores en Estados Unidos están quemados y los más quemados son los trabajadores más jóvenes. Tenemos a la economía mundial temblando por la guerra comercial, por la inestabilidad geoestratégica, por la transición energética, por el desafío de la inteligencia artificial, pero todos esos desafíos son pocos si los comparamos con este otro desafío, el de que muchos, muchos trabajadores están quemados. Claro, sin trabajo o sin trabajador, sin un trabajador motivado, pues la economía lo tiene muy difícil.

Algunos calculan que el síndrome del trabajador quemado provoca ya una pérdida del 4% del PIB mundial. ¿Por qué los jóvenes sufren más el síndrome del trabajador quemado? Bueno, hay una forma fácil de responder a esta pregunta, que es decir, hombre, claro, es que las nuevas generaciones han perdido los valores y han perdido capacidad de sacrificio, pero esto es una trampa. Echarle la culpa a las generaciones más jóvenes siempre es una trampa, es caer en la trampa de pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor y eso no es serio.

Muchos pretenden solucionar el síndrome del trabajador quemado con el mismo virus que ha causado el síndrome. Muchos dicen, bueno, pues hay que apretar los dientes y seguir para adelante, pues es que precisamente eso es lo que ha provocado el síndrome del trabajador quemado. Lo que causa que la gente se queme, que el trabajador se queme, que nos quememos, es la distancia entre lo que somos y lo que deberíamos ser, siempre la distancia está entre el ser y el deber ser.

Si aumentamos la distancia entre lo que eres y lo que debes ser, pues nos quemamos más. Hace falta algo que nos permita estimarnos como trabajadores tal y como somos. No digo que no haya que corregir, pero sin una estima elemental, pues acabas quemado. Y no se consigue estima a base de decirnos cuál es el deber ser del buen trabajador. 

Ataque cibernético a aeropuertos

Miles de pasajeros en Londres, Berlín y Bruselas este sábado han sufrido las consecuencias de un ciberataque en los sistemas de facturación y de embarque. Ha habido muchos vuelos cancelados, largas colas.

No sabemos todavía el origen de este ciberataque. El diario El Mundo dice hoy que se está investigando la pista rusa. Ya digo que no hay todavía indicios de que detrás de este ciberataque está Rusia.

Pero el ciberataque de este sábado se ha producido horas después de que Rusia volviera a provocar a la OTAN. El viernes, tres cazas rusos MiG-31 violaron el espacio aéreo de Estonia, lo que obligó a aviones de la patrulla aérea de la OTAN a intervenir. Dos aviones rusos también sobrevolaron el viernes una plataforma petrolera en cielo polaco.

La semana pasada, como recordarás, sucedió algo parecido. Así está Europa. Así está Europa en este momento.

Y por eso es inquietante pensar que la Rusia que amenaza a Europa es la misma Rusia que cuando más vivo estaba el proceso de independencia de Cataluña, esa Rusia difundió desinformación a favor de la independencia de Cataluña. Hace unos meses supimos de un informe confidencial elaborado por el centro de inteligencia y de situación de la Unión Europea, el INTCEN, un informe que desgrana los intentos de Rusia de influir en la crisis de Cataluña. Putin y Puigdemont, nada menos.

Puigdemont quiso la independencia. A Rusia le interesaba la independencia para desestabilizar a Europa. Pues otra semana que estamos pendientes de Puigdemont. Estamos pendientes. Está pendiente el Gobierno.

Está pendiente el Gobierno de cuál es el humor con el que amanece este lunes Puigdemont. Este lunes la cúpula de Junts se reúne en Bruselas con Puigdemont y el mensaje que quiere lanzar de nuevo Puigdemont, el prófugo, es que no está satisfecho. No está satisfecho con lo que está haciendo Sánchez.

Es el mensaje que lanzó Puigdemont después de su reunión en Suiza el jueves con Zapatero. Y ayer, Turull, que es el secretario general de Junts, habló de la posibilidad de que se inicie un nuevo ciclo. Es decir, otra vez el mundo de Puigdemont amenaza con la retirada de apoyo.

Turull. Y en el ciclo que puede empezar, por las decisiones que tendremos que tomar pronto, estaremos sometidos a una prueba brutal de resistencia. Tendremos que jugar y jugaremos la partida que definirá nuestro futuro.

Un nuevo ciclo, decía Turull. ¿Por qué tiene Puigdemont que volver a amenazar? Por varios motivos. Pero fundamentalmente porque Junts no ha conseguido triunfos visibles.

Repasemos lo que ha sucedido esta semana. Repasemos lo que va a suceder la semana que viene. El martes de la semana que viene se somete a votación en el Congreso la proposición de ley para el traspaso de las competencias del control de la migración a Cataluña.

Podemos ya ha anunciado que va a votar en contra. Claro, porque Podemos necesita distanciarse de Sumar y ha encontrado en la cesión de las competencias de inmigración un buen motivo para distanciarse de su mar. Tampoco consigue avanzar Sánchez en otra de las sesiones acordadas con Puigdemont, que es convertir el catalán en lengua oficial de las instituciones europeas.

Para conseguir eso, España necesita el apoyo unánime de todos los países de la Unión Europea. Y el canciller Merz, el canciller alemán que esta semana ha estado en Madrid, delante de Sánchez en la rueda de prensa conjunta que ofrecieron tras la reunión, lo dejó muy clarito. Sánchez pidió oficialidad para el catalán en Europa.

"Llevamos 40 años esperando este momento y espero que podamos lograrlo en un futuro no muy lejano", expresó. Y Merz le dijo que esperase sentado, que la inteligencia artificial avanza, que es una barbaridad y que para qué se van a complicar las cosas convirtiendo el catalán en lengua oficial en las instituciones europeas. Ya no necesitaremos a intérpretes, vamos a poder entender y poder hablar en todos los idiomas de la Unión Europea.

No se va a aprobar la transferencia de las competencias de inmigración, no avanza el reconocimiento del catalán como lengua en las instituciones europeas y bueno, al menos los de Junts algún anuncio positivo pudieron hacer, pero la cosa ha sido muy confusa. Me refiero a la cuestión del catalán en la atención al cliente. Esta semana Junts anunció un acuerdo en el congreso que obligaría a las empresas de toda España de cierto tamaño a atender a sus clientes en catalán, es lo que dijo Miriam Nogueras.

Los catalanes tienen sus derechos para ser atendidos en su lengua y la obligación de que las empresas atiendan a los clientes en catalán regirá como acabamos de escuchar, dijo Miriam Nogueras en toda España. A Pachi López le preguntaron, ¿es esto lo acordado? Pachi López, portavoz del Partido Socialista, no supo decir si, efectivamente, el compromiso era obligar a las empresas de toda España a atender en catalán a sus clientes. Fue el ministro Bustinduy, el ministro de Consumo, el que desmintió a Nogueras y dijo "no, no, no, no, lo pactado no es una obligación para todas las empresas en España".

Una empresa de Barcelona sí tiene que responder en catalán, una empresa de Jaén no tiene que responder en catalán.

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