“Muy buenos días. Bienvenido a La Mañana del Fin de Semana.

Arranca hoy otro episodio de calor que se va a prolongar al menos hasta el próximo viernes. De nuevo los termómetros superarán los 40 grados en muchos puntos del oeste y del sur peninsulares, para dar paso a un mes de agosto que se anuncia seco y más caluroso de lo normal.

De hecho, los expertos ya advierten de un agosto soporífero, al menos en la primera quincena y sobre todo en el oeste y en el sur de la Península Ibérica. Por la noche también resultará frecuente que los termómetros marquen más de 20 o de 22 grados en muchos lugares del país o que sobrepasen los 25 en el centro, sur peninsular y en la costa mediterránea, donde la temperatura del mar es ya inusualmente alta. Este verano empieza a parecerse a aquel de 2003 que muchos recordamos.

Con este panorama sobre la mesa nos dirigimos a una semana clave en la que, como anunciaba este viernes el presidente del Gobierno, el Ejecutivo dará luz verde a un paquete de medidas para tratar de ahorrar energía. Entre las normas anunciadas, que en lugares públicos como un centro comercial, una oficina o el transporte se deberá subir la temperatura del aire acondicionado en verano hasta los 27 grados. En invierno, la calefacción no podrá subir de los 19 grados.

Puede sonar bien, así a bote pronto, pero lo cierto es que aplicar esto no va a ser sencillo ni va a ser igual ni en todos los centros de trabajo ni para todas las personas. Claro, todos podemos tener la experiencia de ir al supermercado a por pan y morirnos de frío al entrar, el contraste con el calor de fuera es duro. Pero debemos ponernos en la piel de quien trabaja en ese centro comercial, que se pasa 8 horas al día reponiendo los estantes, en la caja o fregando los suelos. Quizá es a ellos a quien tenemos que preguntar.

Sobre todo porque ya existe una ley que dice que en aquellos centros donde se realicen trabajos ligeros, la temperatura debe estar entre los 14 y los 25 grados, para evitar lo que se conocen como situaciones de estrés térmico.

Así que, queda por ver cómo va a hacer cuadrar el Gobierno su paquete de medidas de ahorro energético con la legislación que ya existe. Porque además, cualquier temperatura de los locales cerrados que se sitúe fuera de los márgenes citados en el Real Decreto de 1997 está fuera de la norma y, por lo tanto, la situación puede ser denunciada ante la autoridad laboral.

Eso en cuanto al aspecto legal, habrá que ver cómo se ajusta. Pero luego está la cuestión personal. Es decir, no es lo mismo entrar un rato en el supermercado a comprar cuatro cosas que trabajar ahí todo el día.

En lo que no cabe duda es en la necesidad de ser prudentes en el uso de la energía. Es verdad que nuestra dependencia de Rusia es menor que la que tienen otros países, pero también lo es que vivimos en un mercado común. Y más allá de las medidas que el Gobierno apruebe, el nacional, los autonómico, el que sea; al final hay un espacio enorme para la responsabilidad personal. Se pueden hacer cosas, cosas, por cierto, bastante más eficaces que quitarse la corbata. Sobre todo porque la inmensa mayoría de los españoles la corbata se la ponen para bodas y bautizos.

Ayer en COPE salimos a la calle a preguntarle a la gente. ¿Qué les parecen estas medidas anunciadas por el presidente? Y hay opiniones para todos los gustos.

-Putin está esperando al invierno para mandar a sus “caminantes blancos”

En todo caso, la necesidad del ahorro energético tiene mucho que ver con lo que está pasando en Ucrania. Se trata de una guerra de final incierto, nadie se aventura a adelantar un posible final y todo apunta a que Putin está esperando a que se acerque el invierno, a lo juego de tronos, para mandarnos a sus caminantes blancos en forma de cierre de gas.

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¿No has visto Juego de Tronos? Mira, tal día como hoy de 1996 George R. R. Martin publicaba la primera de las novelas que luego se llevaron a la pequeña pantalla. Te lo resumo: los caminantes blancos son unos seres sin vida, muy malos, que viven al otro lado de un muro que les separa, digamos, de los reinos civilizados. La amenaza de que crucen el muro vertebra toda la serie. Hasta que lo cruzan, claro...

Por lo pronto, ayer Moscú, a través de la empresa Gazprom, suspendía el envío de gas a Letonia. Justifica Rusia la decisión en que Letonia ha violado las condiciones de entrega, pero no especifican cuáles son las condiciones incumplidas. En todo caso, la decisión se produce un día después de que confirmarse que Letonia estaba pagando pagando el gas ruso en euros en lugar de en rublos, tal y como exige el Kremlin. Es el sexto país al que Moscú corta el grifo, tras Polonia, Bulgaria, Finlandia, Países Bajos y Dinamarca.

A Alemania de momento no se le ha cortado del todo el suministro, da la impresión de que Putin sabe que esa es su gran baza negociadora y está jugando con las ansiedades de la primera economía europea.

Gazprom recortó este miércoles el bombeo de gas a Alemania a la quinta parte de la capacidad del gasoducto Nord Stream, decisión que Berlín considera una "estrategia de guerra".

Los caminantes blancos de Putin, insisto, son esas amenazas de cerrar el grifo de gas, son la prueba más evidente de que se acerca el invierno.

Pero si las restricciones son un problema, más aún lo son las bombas. Otra señal de ese invierno que se aproxima: El presidente Zelenski anunciaba en las últimas horas la evacuación obligatoria de la población en las zonas de Donetsk que Rusia no controla.

Una llamada de Zelenski que afecta a cerca de 200 mil personas. Recuerda que, desde 2014, el Donbás está escindido en dos zonas: la controlada por Rusia, en la frontera con ese país, y la que aún sigue bajo dominio de las Fuerzas Armadas de Ucrania, en el oeste.

Mientras tanto, continúa la polémica por el ataque a una cárcel en Donetsk en la que cerca de 50 personas perdieron la vida.

Varias personas se manifestaron ayer en Ucrania en protesta por este ataque, del que Moscú responsabiliza a Kiev. Los gobiernos de Estados Unidos y de Francia han mostrado su condena a este ataque.

Y mira, esto es la guerra. La Guerra es esta mujer que acaba de perder a su hijo.

Mientras, Putin sigue a lo suyo. Este domingo el presidente ruso presidirá el Día de la Armada y aprobará una nueva doctrina naval que permitirá a Rusia ampliar su potencia en el mar.

Lo dicho, se acerca el invierno, por tierra, mar y gas”.