Antonio Herraiz: "No sé si de esto saldremos mejores. Está claro que saldremos más pobres"

En esta crisis del coronavirus lo prioritario es la salud. Lo principal es salvar vidas y curar a los enfermos. Y es en esto en lo que nuestros sanitarios se están dejando la piel. Pero luego hay una realidad, paralela, que sigue engordando y que no ha hecho más que empezar. Es el tremendo agujero económico que nos deja. No sé si de esta crisis saldremos mejores, como dicen algunos. Lo que tengo claro es que saldremos más pobres. La noticia a esta hora está en la sede del Fondo Monetario Internacional. Se acaban de publicar las previsiones para España tras la pandemia. El producto interior bruto cae en picado y el paro se desboca. Según nuestro corresponsal en Washington, Juan Fierro: “La economía española caerá un 8% en este 2020 y el desempleo superará el 20%. Son cifras comunes a todas las economías avanzadas, y la peor la de Italia. Confirman que estamos ante una crisis como ninguna otra por su amplitud,por la incertidumbre sobre su duración e intensidad, y por el papel que deben tener las políticas económicas de cada país”.

Esto es lo que nos viene en los próximos meses, lo que tenemos encima en muchos casos, en muchos profesionales que han perdido ya su trabajo.

Hay que estar pendientes a estas realidades, aunque lo prioritario siga siendo salvar vidas. Los datos oficiales registran en España más de 18.000 muertos, 567 en las últimas 24 horas. Ante este dato desolador, el director de alertas sanitarias ha hecho hoy una interpretación interesada. Es Fernando Simón, que ha vuelto a las comparecencias públicas tras permanecer aislado por coronavirus. Dice Simón que “la letalidad en España es similar a la del resto de países europeos, estamos en torno al 10%, España quizás un poquito más bajo que nuestros socios europeos, quizás más por encima de algunos otros”. Pues no. Los datos no hay que interpretarlos sin establecer comparaciones. Y España es el país con más muertos por cada millón de habitantes. El Gobierno, sus portavoces y sus altavoces mediáticos siguen empeñados en edulcorar la mayor tragedia de la historia reciente de España.