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Cualquier año ver las calles comerciales del centro de Madrid atestadas de gente por Navidad no llama a la sorpresa. Pero este año, en medio de la pandemia, la verdad es que tampoco se puede hablar de sorpresa pero sí ha llamado la atención.

Lo cierto es que, a pesar del coronavirus, nadie esperaba ver las calles de Madrid vacías por Navidad pero aún así pueden resultan imágenes inquietantes, ver esa aglomeración de gente que hubo ayer en el centro de la capital y que obligó a la policía local a controlar los accesos. Lo hemos visto en Madrid pero otras calles comerciales de otros puntos de España han podido vivir escenas parecidas este fin de semana de encendido de luces navideñas y en medio del famosos Black Friday.

Hay ganas de vivir la normalidad que teníamos antes de la pandemia, muchas ganas. Y estamos intentando que esta mal llamada nueva normalidad se parezca lo máximo posible a la normalidad de verdad a pesar de las mascarillas, la distancia social o del toque de queda. Hasta donde podamos, estamos intentando que el coronavirus se note lo menos posible en nuestras vidas. Lo malo es la incertidumbre de hacer esto sabiendo que sigue ahí. Pero también se trata de seguir viviendo.

LOS DATOS, SIN GRANDES CAMBIOS

Los datos que hemos conocido en las últimas horas en España no indican grandes bajadas de los casos pero tampoco grandes incrementos de los contagios. Si mirásemos una gráfica, la curva en este fin de semana no tendría grandes inclinaciones ni hacia arriba, ni hacia abajo.

Es una buena noticia que en ningún caso permite bajar la guardia porque, aunque estables, las cifras siguen siendo altas. En Madrid por ejemplo se han notificado más de 1.500 positivos, en Castilla y León más de 700, en Andalucía casi 2000 y en Cataluña han superado los 1.400 nuevos casos. Allí en Cataluña la Generalitat ha intervenido un geriátrico en Tremp por un brote en el que se han detectado 150 casos de covid.

Algo parecido a lo que ha ocurrido en una residencia de mayores del municipio valenciano de Benirredrá se han registrado 94 casos y 6 personas han muerto, por lo va a pasar a estar bajo vigilancia de la Comunidad Valenciana.

En Castilla y León también se ha declarado un brote en una residencia de San Andrés (León) con 58 positivos.

LA INCERTIDUMBRE DE LOS ENCUENTROS FAMILIARES EN NAVIDAD

Esta todavía por definir cómo se regulará la Navidad, los encuentros familiares. Si podemos ser 10 o limitarnos a 6 personas, a qué hora habrá que volver a casa, si vamos a poder viajar. Parece mentira hablar de regulación de la Navidad, esas fechas donde siempre ha primado la intimidad familiar. Nunca hubiéramos pensado que nos iban a decir cómo tiene que ser la cena de Nochebuena, pero en esas estamos.

Lo bueno que tiene el encuentro familiar navideño es que junta a varias generaciones, pero ese es también uno de los aspectos que más preocupa. Por eso llama la atención como las medidas de prevención se van observando según grupo de edad. Más allá de estipular el número de comensales, por ejemplo, tendremos que ir sabiendo qué va a pasar con los mayores que se encuentran en residencias. ¿Se les podrá visitar, o no? ¿Podrán salir para cenar con los suyos o no?

Tendremos que ir sabiendo qué va a pasar con los mayores que se encuentran en residencias en Navidad

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O, por ejemplo, ya se están empezando a dar consejos para la abundante población universitaria que estudia fuera de sus hogares. Se les recomienda limitar su actividad social una semana antes de volver a sus lugares de origen y una vez en casa limitar los contactos.

Y también está por aclarar una cuestión que puede resultar llamativa. Qué pasa con los niños, que son el alma de la Navidad en muchas casas. Se les cuenta o no se les cuenta en las limitaciones de personas. Y si es así, a partir de qué edad empiezan a contar.

Parece mentira que alguien tenga que decidir sobre cosas así. Si hace tan solo un año alguien nos hubiera dicho todo esto, le hubiéramos tomado por un enajenado o hubiéramos pensado que nos estaba contando una película de ciencia ficción. Pero aquí estamos, en plena realidad.