El alzhéimer se produce cuando una proteína de las neuronas, la proteína TAU, se vuelve tóxica. Esto provoca que las neuronas fallen y el cerebro empiece a perder funciones como la memoria. Un equipo internacional liderado por el Instituto Cajal, asociado al CSIC, ha señalado una posible ''diana terapéutica'' para evitar este proceso bioquímico.

Otro paso más contra la enfermedad de Alzheimer

El divulgador científico, Jorge Alcalde, ha explicado en 'La Linterna' de COPEqué ocurre en el cerebro de los afectados que padecen alzhéimer o una demencia: “No sabemos del todo qué es lo que ocurre para que se desencadene esta enfermedad y por eso es tan difícil de tratar. Uno de los mecanismos que pueden provocar la enfermedad y que se está estudiando es el mal comportamiento de la proteína TAU que empieza a provocar la acumulación de una sustancia que genera placas tóxicas que dificultan el buen funcionamiento de las neuronas”, apunta Jorge destacando que hasta ahora no se conocía qué era lo que ocurría.

La investigación que ha dado este paso contra la enfermedad de Alzheimer la ha dirigido Mariano Carrión, investigador del Instituto Cajal. Mariano ha aclarado por qué la proteína TAU, que todos tenemos en el cerebro, se vuelve tóxica en algunas personas: “Las razones son múltiples, genéticas o ambientales, y hay muchos factores que pueden contribuir a que la proteína equivoque el camino. Nosotros no nos hemos centrado en los factores, si no quénos hemos centrado en qué es lo que le provocan a la proteína adquiera la propiedad tóxica”.

"Es una diana terapéutica ideal. Ahora solo tenemos que atinar a la diana"

Jorge Alcalde explica cómo este paso es muy importante para poder intentar encontrar un objetivo, para poder saber en qué hay que centrarse, para poder detenerlo en el futuro con alguna terapia. “Vamos al principio de la ruta. Si actúas a ese nivel es una diana terapéutica ideal porque actúas al principio, por lo que todo lo que quede por debajo va a quedar rescatado”, aclara Mariano.

¿Cómo se consigue?: “Lo hacemos con una técnica que permite estudiar molécula a molécula con un microscopio de fuerza atómica que permite estirar, literalmente, las moléculas de proteína de forma que averiguamos qué tipo de estructuras estaba formando esa proteína”. El investigador compara esta técnica con “un potro de tortura medieval en el que tienes al reo, que sería la proteína, y la quieres interrogar. Estiras de pies y manos a la proteína y rompes sus enlaces para ver si son estables o no”.

Aunque Mariano advierte que con el Alzheimer, y en concreto con la proteína TAU, no han encontrado ningún compuesto que sea capa de bloquear el principio de la ruta, “es un primer paso el hecho de que hayamos sido capaces de ver qué está ocurriendo en ese primer nivel. Desde el punto de vista farmacológico estaríamos atacando la enfermedad desde sus comienzos”. El investigador explica cómo la enfermedad comienza entre 10 y 20 años antes de que se diagnostique, por lo que este descubrimiento es fundamental para poder actuar cuanto antes: “Ahora que tenemos la diana, tenemos que atinar a la diana”.