El Doctor Juan Miguel Gil Jaurena es un cirujano que ya ha perdido la cuenta de cuántos niños han salvado la vida en el Hospital Gregorio Marañón, es el jefe de Trasplante Cardiacoinfantil. Allí ha operado a más de 105 niños o adultos jóvenes con cardiopatías congénitas que han sido trasplantados en el hospital, 10 al año.

“Para nosotros es una cirugía más, no dejo de ver algo de magia en esto de los trasplantes, y sobre todo la cara de los papás, de sorpresa y de esperanza, es indescriptible para mía, no deja de ser un momento especial, esperando que le digamos que ha ido bien·, explica el doctor en La Linterna. Y es que España ha sido una vez más el país líder en trasplante de órganos en 2022. “Es un regalo trabajar en esta disciplina”, asegura el doctor Gil Jaurena.

“En los trasplantes parece que solo opera el cirujano, pero hay todo un gran equipo en quirófano y fuera y, parece una tontería, pero noto mucho desde la aparición de los móviles, ahora la comunicación es directa, antes los márgenes tenían que ser más amplias y ahora nos coordinamos y ajustamos los tiempos de manera más eficaz”.

Los retos por delante de los trasplantes en España

Beatriz Domínguez Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes, ha pasado también por los micrófonos de La Linterna para explicar los tres elementos que hacen a España líder en trasplantes: la solidaridad evidente en el país que vivimos, nuestro sistema nacional de salud con carácter universal y público y, por último, “lo que nos hace únicos es un modelo de gestión para que la solidaridad se transforme en la realidad del trasplantes”.

“Son muy pocas las personas que fallecen pudiendo ser donante de órganos, hay que fallecer en una UCI, ventilación mecánica, no tener contraindicaciones para ser donantes. Además, hay que tener coordinadores de trasplantes, básicamente intensivistas, que hacen una identificación de esas circunstancias de fallecimiento, se acercan a una familia de duelo y organizan una logística muy compleja”, explica.

Incide además la doctora en la comparación con Estados Unidos, que nos superó discretamente en tasa de donación, pero ha aumentado en los últimos años como consecuencia de un drama sociosanitario: “la muerte por drogas. En EEUU el 16% de los donantes han fallecido por sobredosis y esto no se da en España. Todo esto hace nuestras tasas todavía más imposibles”.

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En qué se puede mejorar

Según explica la doctora, desde la organización han identificado líneas de trabajo con margen de crecimiento, y una de ellas es la donación en asistolia, a partir de personas que fallecen por parada cardiorrespiratoria. “Es un proceso complicado porque los órganos, al no recibir sangre oxigenada se deterioran muy rápidamente. Es España ya el 42% son donantes que han muerto en estas circunstancias y 22 los países en el mundo que lo llevan a cabo”.