El buque Serviola de la Armada Española ha protagonizado esta semana una de las historias de la crónica internacional: el rescate de una embarcación con bandera nigeriana que estaba secuestrada por piratas en el Golfo de Guinea. Un buque de porte menor en el que sirven 51 personas, 11 mujeres y 41 hombres y que se dedica a labores de vigilancia, ya sea en puerto (ayudando a los ribereños a mantener la seguridad de sus aguas) o en vigilancia marítima.

En La Linterna de COPE hemos hablado con el comandante del Serviola, el capitán de Corbeta, Román González-Cela Echevarría, que asegura que su labor es velar por “los intereses de las aguas españolas”, así como “patrullar zonas de interés comercial, de seguridad y de todo tipo”. Y es que en esas aguas ocurren cosas que afectan a la seguridad de España, “si conseguimos ambientes más seguros en estas zonas, será positivo para España” afirma el capitán.

Sobre el incidente, durante una patrulla en el mar encontraron algo sospechoso en uno de los buques con los que se cruzaron: no estaba transmitiendo en el código pertinente y “tenía otra embarcación en las proximidades”, por lo que se acercaron a investigar. “Al aproximarnos, nos encontramos que no hay respuesta y que la embarcación se aleja”, asegura Cela-Echevarría. Fue en ese momento cuando el capitán del barco gritó en inglés la palabra “pirata”. “Les dimos víveres, agua y nos contaron que habían pasado cuatro días cautivos de unos piratas”.

Y es que en el último año, en el golfo de Guinea ha sido el punto en el que ha habido más ataques, el mes pasado hubo 7, y en el último año más de 100 ataques. “Realizan ataques rápidos, con intención de llevarse todo lo que haya, algo que es muy diferente con respecto a Somalia, donde se llevan las embarcaciones hasta fondaderos donde luego piden el rescate” explica el comandante del Serviola.