

La noticia de la tarde es que Madrid, Barcelona y su área metropolitana y algunas zonas de Castilla y León siguen en la fase 0. Eso sí se les van a permitir ciertas medidas de alivio con respecto a las anteriores.
Aquí mi productora jefe en Cope Tres Cantos me dijo el otro día... tras el reportaje en el IFEMA con la UME y el SAMUR social en el pabellón de los sin techo... me dijo: " ¿Sabes qué?... tengo la sensación de que habéis vuelto". No sé si es para tanto, pero... lo cierto es que están pasando tantas cosas durante nuestro confinamiento... hay tanta gente buena hasta lo increíble aquí al lado... que, sinceramente, estábamos deseando ponernos la boina verde de operaciones Espaciales... y salir pitando.
Y eso hemos hecho. Y eso vamos a hacer. En el IFEMA con los homless, con el SAMUR o con la UME. En una parroquia de Batán con Cáritas o en la Escuela de cocina de la comunidad de Madrid. En la unidad de cuidados intensivos del Puerta de Hierro o... ya verás... ya nos oirás en los próximos días. ¿Y sabes una cosa? Tenemos una extraña sensación... porque Ruben y yo, que nos hemos recorrido lo peor de lo peor por medio mundo... estamos reviviendo sensaciones... aquí.
Parto de la base de que esto no es una guerra. Mi amigo Checho, general curtido en mil misiones y operaciones me recordó que una guerra, de verdad, no es esto. La hambruna, los refugiados, las masacres, las bombas, los campos... no. Esto no es una guerra te lo puedo asegurar. Pero eso no quita que haya sensaciones... similares.
Por ejemplo... yo he visto a los soldados del Ejército del Aire frente a Libia y a los marinos de la Armada rescatar gente pobre, pobrísima en mitad del Mediterráneo... pues ahora, he visto a esos mismos técnicos del ejército del Aire montar una UVI en IFEMA... la misma UCI del hospital role 2 en la base de Herat, en Afganistán.
He visto a los boinas verdes... a los auténticos COES bajar de un helicóptero en Bagdad... empadronados de todo lo que te puedas imaginar. Súper hombres... agotados... y ahora he visto paracaidistas y a infantes de Marina desinfectando residencias de ancianos o encontrando cadáveres. He visto el silencio de Homs, entre kilómetros de calles destrozadas en Siria... y checks points... como aquí Madrid en silencio y controles en la M 30.
Y me viene a la cabeza cómo Marta Rivas, esa enfermera gallega nos explicó cómo hacían el triaje en Mosul... cómo diferenciaban por colores quienes podrían sobrevivir al último bombardeo y quienes no. Bueno pues ayer mismo, Juanjo el jefe de la UCI del Puerta de Hierro y Sonia, una de las enfermeras, nos explicaron el inexorable triaje para subir a su unidad de cuidados intensivos.
O esos guardias civiles con mi hermano el Sargento Castillo al frente... recorriendo el Líbano en una caravana... esos mismos guardias civiles que ahora han repartido hasta los deberes a los niños con menos suerte en la vida. O esos campos de refugiados e inmigrantes que hemos recorrido en Irak o en la frontera del río Bravo en Estados Unidos... con miles de voluntarios dando lo mejor de sí mismos. Como esos alumnos y profesores de la Escuela de Hostelería de Madrid y sus miles de menús solidarios...
Y fíjate... me acuerdo de Janette, Jesús Carmen, Mercedes, Ana, Aurelia, Angel, Camille o Minto en Mali, Camerún o el Chad... igual que hoy, los párrocos y monjas de toda España se han reconvertido en misioneros en su propio barrio. Y no te digo... ese puente Simón Bolívar con mi obispo Víctor Ochoa distribuyendo miles y miles de platos de arroz con pollo o pasta con atún... todos los días a una cola infinita de venezolanos harapientos. Una cola igual que la que se forma hoy en la esquina de tu casa... con otro plato de pasta u otro plato de arroz con pollo.
Insisto... esto no es una guerra de verdad, por mucho que Pedro y Pablo jueguen a las metáforas desde el palacio de la Moncloa o desde el casoplón de Galapagar. No. Pero si hay una similitud perfecta: los héroes. Sanitarios allí y aquí en los triajes; misioneros y cooperantes en el infierno y en la pandemia... guardias civiles y soldados contra el terrorismo o contra el virus... salvando gente entre el terror y aquí, salvando gente entre la Covid 19.
Y hay otra similitud. Vi miedo en los ojos de la gente de huía del Daesh en Mosul. Y he visto pánico en la mirada de Juanjo, sobre la mascarilla, en la UCI de un hospital de Madrid.



