Hoy ha arrancado en Roma un importante encuentro que cuenta con la participación de todas las conferencias episcopales del mundo.. El objetivo de esta "cumbre" es la protección de menores en la Iglesia. El Papa Francisco y los episcopados van a trabajar hasta el próximo domingo sobre el drama de los abusos. La idea principal es poner en práctica medidas eficaces para prevenir los abusos sexuales a menores y a adultos vulnerables. Hoy en nuestro 'Tema del día' vamos a tratar de explicarte de qué se va a hablar estos días en Roma y cuál es la importancia. Nuestros compañeros Eva Fernández, corresponsal de COPE en Roma y José Luis Restán, Director Editorial de la Cadena COPE han pasado esta tarde por los micrófonos de 'La Linterna' para tratar hasta el último detalle de la cumbre.

Juan Carlos Cruz es chileno y fue una de las víctimas de los abusos sexuales cometidos por el influyente sacerdote chileno Fernando Karadima, al que el Papa Francisco expulsó del sacerdocio el año pasado. Este antiguo párroco que ahora tiene 89 años, había abusado sexualmente de numerosos jóvenes, varios de los cuales llegaron al sacerdocio y al episcopado, formando una red de encubrimiento de esos abusos. Para Juan Carlos la clave de este encuentro es que los Obispos ayuden al Papa. ¿Qué es lo que piden las víctimas? Juan Carlos Cruz ponía voz a esa petición

La Iglesia trabaja el drama de los abusos en tres ejes: a responsabilidad, la rendición de cuentas y la transparencia. Precisamente en lo referente a este punto Valentina Alazraqui, corresponsal de Televisa acaba de convertirse en la primera periodista de la historia que ha cubierto 150 viajes papales. Ha sido invitada para intervenir en el Encuentro y en su ponencia abordará la Transparencia.

Posiblemente quién más haya sufrido el drama de los abusos ha sido la Conferencia Episcopal de Estados Unidos. En el año 2002 una ola de escándalos sexuales destapada por el Boston Globe - que quedó retratada en la película Spotlight del 2015 - llevó a Juan Pablo II a reunir en el Vaticano a todos los cardenales norteamericanos y a la cúpula de la conferencia episcopal para reiterarles que dentro de la Iglesia no cabían quienes hacen daño a los jóvenes.