A un par de días del 8 de marzo, del Día de la Mujer, vas a poder conocer durante los próximos minutos a unas mujeres increíbles, a unas verdaderas luchadoras. Ámbar es una de ellas.Es una joven venezolana que llegó a nuestro país hace poco más de un año huyendo, como millones de compatriotas suyos, de la miseria y la violencia del régimen chavista- Ámbar lo ha pasado mal pero ahora está preparada para afrontar los obstáculos y confía en poder encontrar pronto un trabajo porque eso es lo que le permitirá recuperar su vida. Con otro acento y un color de piel negra como el ébano .Magdalena ha contado que hace 16 años salió de Guinea Ecuatorial para poder ganarse la vida... en su país no lo tenía fácil por ser mujer y aquí también ha sufrido discriminación, esta vez por ser extranjera. Magdalena y Ámbar son dos grandes mujeres en las que vas a ver reflejadas a otras mujeres que conoces: lo han pasado mal pero han logrado sobreponerse a la adversidad, a un mundo que todavía hoy en el siglo XXI sigue poniendóselo más difícil por el simple hecho de haber nacido mujer. Un mundo en el que tener un trabajo lo cambia todo: te da la independencia, te sitúa en la sociedad, te hace visible de nuevo.

Es el famoso techo de cristal que cuesta romper aunque hoy en este TEMA DEL DÍA vamos comenzar por el principio, por ese momento en el que encuentras un trabajo. Es lo que anhelan mujeres como Ámbar o Magdalena. Ellas se han asomado al abismo de la exclusión, han tenido miedo de que un día se vieran durmiendo en la calle pero... han logrado darle la vuelta a la situación y empoderadas, como se dice ahora, han comenzado una nueva vida. Son unas mujeres fuertes y luchadoras que tienen unas historias que, de verdad, te van a impresionar.

En pleno siglo XXI ser una mujer trabajadora sigue siendo complicado y más si naces en uno de los países pobres o en vías de desarrollo: en algunos de ellos las mujeres no pueden trabajar sin el permiso del marido, hay trabajos vetados o, simplemente está mal visto que la mujer trabaje pero tener un empleo es el primer paso para ser libre e independiente. Conseguir ese trabajo puede depender de algo tan simple como dar una buena imagen, o decir las palabras justas, ni más ni menos. Y eso también se aprende. Angel Expósito y Belén Miguel van a la FUNDACIÓN QUIERO TRABAJO, en el centro de Madrid, donde en un pequeño piso un puñado de grandes mujeres, bien formadas y con trabajos importantes, ayudan a otras mujeres en riesgo de exclusión social a lograr un empleo. Feminismo en estado puro.