Se acerca el día de los abuelos, san Joaquín y santa Ana, y la Iglesia celebra su Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores, que nos viene a recordar lo importante que es cuidar los vínculos intergeneracionales, y a animarnos a que todas las generaciones pasemos tiempo juntos.

Por eso, en 'La Linterna de la Iglesia' hemos conocido el caso de Pilar y a Antonio, un matrimonio natural de Almansa, a 74 kilómetros de Albacete. Tienen 68 y 66 años, respectivamente, llevan juntos toda la vida y han vivido en muchos lugares de España, aunque desde hace ya 22 años, se han establecido en La Roda. Allí viven ahora con sus 6 hijos y 9 nietos.

Tanto Antonio como Pilar han hecho siempre voluntariado. También con mayores, por eso conocen perfectamente la importancia de su cuidado y atención. Antonio cuenta cómo creó el coro en una residencia perteneciente a las salesianas: la Virgen de los Remedios. Aunque con la llegada de la pandemia llegaron las restricciones a las residencias y dejaron de poder ir a esas visitas a los mayores. También fue el momento en el que dejaron de ir a las casas de otros mayores a ayudarlos con cualquier problema que pudiesen tener: averías o dificultades de cualquier tipo para las que necesitasen asistencia. Sin embargo, Pilar sigue llamando todas las semanas a varias de estas personas y, como son muchas y no quiere olvidarse de ninguna, tiene junto al teléfono de casa un listín con todos sus nombres.

Durante toda la vida, Pilar y Antonio han ayudado en todas las parroquias en las que han estado. Allí han participado en los coros, han sido catequistas, han ayudado en los preparativos de los festejos... han hecho prácticamente de todo. Ahora, con los años, se limitan a ayudar en los cursos prematrimoniales y en la recogida de alimentos de Cáritas. Sin embargo, ahora Pilar pasa mucho tiempo en casa cuidando de sus nietos, sobre todo de los cuatro más pequeños, y por eso no puede pasar tanto tiempo de voluntaria como le gustaría.

Antonio, por su parte, se ha convertido en el administrador de “AMAR”, una asociación de salud mental que presta ayuda a muchos vecinos a través de diferentes talleres. Aunque también dan charlas preventivas en los colegios e institutos, donde están muy solicitados. Ahora son sus hijos y nietos los que se involucran en estas labores. Sin duda, una actividad que han sabido transmitir de generación en generación.