Esta semana conociamos que la Red Eclesial Panamazónica, la REPAM, tiene una nueva presidencia. Una responsabilidad que recae en monseñor Rafael Cob García, obispo del Vicariato Apostólico de Puyo, en Ecuador. El prelado español está acompañado en la vicepresidencia por el dominico vitoriano monseñor David Martínez de Aguirre Guinea, obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, por la hermana carmelita Conceição y por Yesica Patiachi, laica de origen indígena.

Monseñor Cob es natural de La Horra, un pueblo de la ribera del Duero burgalesa, aunque lleva más de 30 años en Puyo como misionero, los últimos 23 como obispo. En 'La Linterna de la Iglesia' ha explicado que "la REPAM defiende la vida en la Amazonia y los derechos de los pueblos que vivimos en ella".

"Cada día se ve más necesario ese trabajo conjunto. A lo largo de la historia ha habido muchos esfuerzos personales en los que se han intentado conseguir objetivos muy importantes. Pero veíamos que es más fácil y más eficaz cuando ese trabajo se hace articulado. Eso lo descubrimos en una asamblea, que convenía articular todas esas fuerzas que tienen un objetivo común", explica el obispo del Vicariato Apostólico de Puyo, en Ecuador.

Monseñor Cob asegura que asume esta nueva responsabilidad "como ese obrero en la mies que siempre ha estado intentando servir, y como un servicio a la Iglesia en la Amazonia. Hemos seguido durante los 8 años de camino que tiene la REPAM soñando juntos, que hace más fácil que los sueños se hagan realidad. Así que lo asumo como parte de ese proceso que iniciamos ya y plenamente identificado con los objetivos de la REPAM".

"Para mi la Amazonia es como mi casa, mi hogar. Es un espacio de encuentro en el que cumplo mi misión. Como misionero, llevar el Evangelio, la Buena Noticia, para los marginados, para los más necesitados en medio de esa vida exhuberante, esa vegetación, en la Creación de Dios en ese espacio de la Amazonia. Cuando uno llega de aquí, de Castilla, a la Amazonia, es un choque que llama verdaderamente la atención. Es como una admiración de qué vida hay aquí, ¿no?", concluye el obispo del Vicariato Apostólico de Puyo.