La Iglesia celebra este domingo 27 de septiembre, la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado. El lema que nos interpela directamente es 'Como jesucristo, obligados a huir'. Un día que debe acercarnos a la realidad que viven las personas que un buen día se vieron en la obligación de abandonar sus vidas, en busca de un futuro. Es una de las Jornadas más importantes para la Iglesia y por la que el Papa Francisco tiene especial dedicación.

Por ello Monseñor Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria y presidente de la Subcomisión de Migraciones y Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal, ha querido analizar mejor esta jornada en la 'Linterna de la Iglesia'. La jornada de este año pone el foco especialmente en los desplazados internos ya que "es una realidad que pasa más desapercibida".

El prelado explica que "no todas las personas que corren peligro en sus países pueden acceder a otros países. Por falta de recursos, porque hay violencia... Esas personas se desplazan dentro del mismo país a zonas más seguras. El Papa ha querido tener presente esta realidad. En España propiamente no hay desplazados internos, pero sí que son desplazados internos víctimas de la trata que huyen de la mafia dentro de España. O los que han entrado en una pobreza severa y han quedado al margen..."

Dada esta realidad el mensaje del Papa pretende que esas acciones y lemas nos interpelen. Por eso la Iglesia realiza "una labor de concienciación dentro de las comunidades cristianas y dentro de la sociedad. El Papa ha querido poner seis parejas de verbos para completar aquellos históricos. Es necesario conocer para comprender, para reconciliarse se requiere escuchar, hay que hacerse prójimo para servir, se necesita involucrar para promover y finalmente para crecer hay que compartir y es indispensable colaborar para construir. Encarna más el quehacer con las personas migrantes y refugiados".

"El Papa habló del derecho a no emigrar, desde el principio del Pontificado. A veces nos olvidamos de esto y hay muchas voces que hablan de la huida de África de las personas más preparadas y dejar el continente a la deriva". por eso monseñor Elizalde destaca "toda la labor de las congregaciones religiosas que están promocionando y evangelizando África, es una labor que tenemos que apoyar desde España, desde la Iglesia y las diócesis. Es ahondar el problema en sus cauces últimas".