Hoy se celebran los 500 años de la conversión de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, y para celebrarlo se ha estrenado en cines un documental titulado 'El Camino Ignaciano' que narra el recorrido de cinco personas por esta peregrinación de 650 kilómetros entre Loyola (Guipúzcoa) y Maresa (Barcelona) que recrea la ruta que recorrió el santo en 1522 en su conversión a lo largo de 27 etapas.

El documental está dirigido por Jordi Roigé, que decidió embarcarse en el proyecto por el conocimiento que tiene del tema y por su amistad con José Luis Iriberri, con quien desarrolló el planteamiento inicial de la película: "La idea no fue tanto hacerla espiritual, aunque también tiene ese componente, sino más bien hacerla para invitar a la gente a hacer el camino y a conocerlo", ha dicho a Irene Pozo en 'La Linterna de la Iglesia'. Además, ha destacado tres hitos importantes del Camino que pudieron vivir durante el rodaje: "Fue muy emocionante pasar por Aránzazu, como patrona de Guipúzcoa; los Monegros, que fue tránsito de reflexión; y también la llegada al Monasterio Monserrat".

Por otro lado, la productora, co-guionista y montadora del documental, Andrea Buzóns, ha comentado las dificultades que atravesaron en la realización del documental: "Resultó complicado rodar en época de pandemia por las dificultades de pasar de una comunidad a otra, el toque de queda, las mascarillas… y también fue todo un reto resumir 650 kilómetros en un documental de solo una hora". Además, ha hablado en COPE de la inevitable comparación con el Camino de Santiago, con el que tiene diferencias, pero también comparte varias cosas: "Nos lleva muchos años de ventaja en cuanto a organización, infraestructura… pero lo bueno es que hay una parte que es en común, por lo que en poblaciones como Navarrete o Logroño, hay servicios para ambos".