Vamos a ver si hay algo que no nos hayan contado. Sabemos, gracias a la ministra de Trabajo, que tener 20,5 millones de ocupados es bonito. Que la distribución entre indefinidos y temporales tras la reforma laboral ahora es bonito y por el contrario, desde la oposición, se denuncia que una tasa de paro del 12,67%, la más elevada del contexto europeo, no lo es.

Que todavía no se ha logrado reducir el desequilibrio entre el 10,84 de hombres parados y el 14 95% de mujeres desempleadas. Tampoco es bonito, pero eso es lo que oímos a un lado y al otro. Pero poco se habla de que nuestra tasa de actividad del 58,86 está a años luz del entorno europeo y que sufre una brecha entre regiones tremendamente preocupante.

Vamos desde una bajísima tasa del 50% en Asturias hasta una aceptable 67% en Baleares. Pero ahora bien, Carlos, a mí lo que realmente me preocupa y se está señalando muy poco, es que esa teórica máquina de crear empleo de la que alardea el Gobierno, es también una trituradora de puestos de trabajo, pues la tasa de despidos se ha disparado hasta casi duplicar los niveles prepandemia.

¿Cuántos despidos supone?

Bastantes. En lo que va de año, el número de bajas por despido en indefinidos roza las 400.000 personas. En 2019 la cifra se situaba en 259.000. Es decir, el mercado laboral ahora expulsa muchos más trabajadores que antes de la pandemia. Y eso son datos de la Seguridad Social, que se calculan a partir de la media diaria de bajas de cada mes, que se multiplica por los días laborables de cada mes también, y que suelen ir en letra muy pequeña y sin subrayar.

Como decías hoy, España crea más empleo que nunca, a la vez que despide más que nunca. También algo que, por cierto, le está saliendo gratis informativamente al Gobierno. Mucho Euribor, mucho gas, mucho Consejo Superior del Poder Judicial, pero poco enfocar el hecho de que medio millón de personas con contratos indefinidos habrán sido despedidas a final de año.

Se trata de un incremento muy llamativo que puede justificarse con el creciente número de afiliados indefinidos a la Seguridad Social, pero que no puede esconder que el deterioro de la economía está afectando a una menor contratación y a que se alejen todos un poco más de la salida de emergencia.