Unas de las conclusiones a las que se llegó sobre el proceso de envejecimiento de las células fue que no es tan impotrante cuanto más vamos a vivir sino cómo vamos a llegar a nuestros últimos días. ¿Cómo llegamos? ¿Cómo envejecemos? ¿Cuáles son los hábitos que nos pueden permitir estar mejor? Por ello, Irene Lebrusán, socióloga e investigadora del Centro Internacional sobre el Envejecimiento, ha hablado en 'Herrera en COPE'.

"Con el paso de los años vivimos mejor, aunque solemos tener una idea muy negativa sobre qué significa el envejecimiento. A pesar de que a veces nos centramos en los aspectos negativos de los que significa la vejez, vivimos mejor", comienza diciendo la experta. "El aumento de la longevidad ha sido muy rápido. En España se acompaña de otros procesos demográficos que hacen que el envejecimiento tenga una propoción considerable. Es verdad que lo que sería la ganancia de esperanza de vida no ha sido tan equivalente ni tan rápida como la ganancia de la longevidad", apunta.

"La dependencia tiene una mayor representación ahora mismo, pero no solo porque vivimos más sino porque las personas que sufren dependencia desde el principio de su vida, tienden a tener una calidad de vida mayor y, por lo tanto, también una esperanza mayor de vida. A veces planteamos el hecho de que vivamos más se relaciona directamente con la dependencia. Sin embargo, hay que reflexionar acerca del proceso que significa que personas que tienen problemas de salud y de dependencia desde edades muy tempranas, viven muchos más años", reflexiona la entrevistada.

"La longevidad está determinada a un 25% por cuestiones genéticas, pero el resto está determinado por cuestiones ambientales, en los que influyen cuestiones directamente relacionadas con el estado del bienestar, que tengamos mejor acceso a la sanidad, cómo son los espacios en nuestras ciudades... Todas estas cuestiones tienen una influencia directa con el aumento de la longevidad y, sobre todo, con el aumento de la calidad de vida de esos años que vivimos de más", analiza Lebrusán.

"Hay muchas cuestiones"

Como consecuencia, "vamos a vivir una convivencias intergeneracional al tener relaciones más largas": "Un número menor de nietos, tiene un mayor número de abuelos. Cada vez hay menos niños, pero vivimos más. A nivel de sociedad podemos beneficiarnos de todos esos aprendizajes y experiencias que tienen las personas mayores, ya que también están en mejores condiciones para compartir sus experiencias".

"El mero hecho de que tu prestes atención a tus necesidades tanto fisiológicas como psicológicas, como decidir hacer el ayuno intermitente. Esto tiene una repercusión. A veces se nos olvida que nuestras condiciones físicas están muy relacionados con nuestras condiciones psicológicas. Esa parte más social está siendo analizada en el estado de salud de las personas y tiene mucho que ver con mimarse a unos mismo", dice la socióloga.

"La mayor longevidad se determina en los primeros cinco años de vida. Es verdad que hay muchas cuestiones que entran en juego, pero hay una serie de cuestiones básicas, más sociales. Es importante la sanidad pública, una intervención preventiva sociosantitaria, investigación pública en salud... Se debe prestar atención a la infraestructura social, a las bibliotecas, plazas... No solo por el hecho social sino por estar más activos. Las viviendas son imprescindibles para la integración social y son el elemento básico para que podamos acceder a muchos derechos humanos. Es el espacio principal de socialización y de seguridad psicológica. No solo es tener un techo, las condiciones en las que vivimos son clave en nuestro estado de salud. También es importante cuidarse, el ejercicio, dormir...", enumera sobre las cuestiones que favorecen la calidad de vida.

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