Juan Miguel Esteban ha recorrido más de 300,000 kilómetros en un mismo círculo de no más de 120 metros. Esta cifra es, literlalmente, 20 vueltas al mundo.

Correr ha sido lo que a Juan Miguel le ha permitido sobrevivir a su paso por la cárcel. Es lo que le ha dado un propósito a su vida al salir de ella. Hoy es profesor de natación.

Juan Miguel ha reconocido en Herrera en COPE que “cuando entras en prisión te ves sin dinero y sin vida”.

El ahora atleta ha relatado a Alberto Herrera que entró en prisión pensando que “en menos de 6 meses estaría en la calle y después te dicen que serán 14 años. El shock para la cebeza es tremendo. Hay gente que no lo supera y se suicida. Yo decidí luchar y seguir adelante. Entrer en la cárcel no es el final la vida”

Dos personas fundamentales en esta nueva filosofía de vida fueron sus primos Carlos y Jesús: “Ellos corrían maratones. Yo antes de entrar en la cárcel corría pero lo había dejado ya, estaba más enfocado al culturismo. Ellos llevaban haciendo maratones durante toda su vida

Juan Miguel ha contado que en la cárcel “me llamaban 'El loco del patio' porque lo que intentaba en la cárcerl era ser estricto con todo. Daba los desayunos y después me salía a correr. Incluso si llovía o hacía 40 grados yo seguía corriendo”

Ha explicado que en prisión “la gente está enganchada a distintas sustancias. Cuando entras en la cárcel te dan pastillas para tenerte anulado. Yo no las tomé. La gente se engancha a fumar droga. Si en los módulos no hay drogas, hay peleas y problemas grandes. Por ello, los funcionarios quieren tranquilidad y dan margen para ese consumo”.

Esa afición suya por el deporte hizo que “se me acercasen muchos presos en privado. Me pedían hacer lo mismo que hacía yo, hacer deporte. Empecé con un grupo pequeño y acabé corriendo con ciento y pico presos en un descampado que nos dejaron en la cárcel”.

Otra persona fundamental en la vida de Juan Miguel Estaban, y que ayudó para que saliese de la cárcel, fue el atleta Martín Fiz: “Él ha sido quien desinteresadamente han dado todo por ayudarme, por escribir un artículo que me permitió salir de la cárcel. De las personas más humildes que te puedes encontrar en la vida y que me extendió la mano sin conocerme de nada. Decició poner su nombre ante el juez como aval para pedir que yo saliese de la cárcel”.

Aunque la salida de la cárcel no fue todo lo fácil que se puede suponer: “Cuando abandonas la prisión piensas que todo el mundo que te mira sabe que has estado en la cárcel”.

Ahora, Juan Miguel ha tenido que superar una grave lesión: “Me rompí el menisco y me han tenido hacer nueve cirigías en dos años y he estado a punto de quedarme sin pierna porque cogí una infección. Pero gracias al doctor Manuel Leyes, jefe médico del Real Madrid, salvó mi rodilla afortunadamente”