Usted querrá saber quién ganó, quién perdió, quién estuvo mejor, quién estuvo peor en el debate de ayer que no pasará la historia de nada. A la historia de nada importante, de nada decisivo, de nada sugestivo.

Será una pieza más de una lamentable campaña electoral, de unas lamentables elecciones que ya empezaron torcidas desde el mismo momento en el que a Pedro Sánchez se le ocurre hacerlas un 23 de julio, porque le convenía a él. Y con todo lo que le ha colgado después de eso. El jueves y el viernes son los dos últimos días de campaña y el domingo se decide fundamentalmente si sigue este o si se bloquea la situación o si gana la alternativa.

La alternativa Núñez Feijóo solo, o en compañía de otros. Las encuestas señalan varias cosas, normalmente más la tercera posibilidad. El peor escenario para España sería y eso hay que ponérselo así, por aquello de la ley de Murphy, que ya saben cómo es, si algo puede ir mal, irá mal. El peor escenario para todos nosotros es que la decisión y el recuento de los votos de los españoles llevara a una situación de bloqueo. De empate. Bloqueo quiere decir ni 'palante' ni 'patrás'.

"Y yo, Pedro Sánchez, quiero sacar un resultado bueno. En fin, como para ir tirando. No hago caso de lo que ha dicho Felipe González en eso de dejar gobernar a la lista más votada, sino que me alío con los mismos de antes, que van a pedir mucho más. Esquerra, Bildu y compañía con unas exigencias absolutamente indigeribles".

Y vean ustedes qué situación nos encontraremos con todos estos gobernando en un escenario completamente distinto, un escenario de recortes, observancia fiscal, vamos a llamarlo así, por parte de las autoridades de Bruselas, en cosas que estos no saben hacer. Estos solo saben gobernar, los que han gobernado hasta ahora, gastando mucho, endeudándose mucho. Malgastando, en una palabra.

Bueno, pues imagínense esa situación, ya cada uno sabrá lo que tiene que hacer. Ayer debate de dos contra uno. Cosa que aprovechó el uno, claro. Y estuvo sereno, sensato, desde luego, tanto o más que los otros dos, que en realidad eran uno. Es decir, hora y media, en realidad era un cara a cara entre Yolanda Díaz y Santiago Abascal, más que un debate a tres, porque la estrategia de Pedro Sánchez fue la de flotar.