"El suegro de Sánchez, y Pedro a título lucrativo, vivía de la prostitución masculina"

Señoras, señores, me alegro, buenos días.

Bueno, ustedes, nos hemos cargado un tercio del mes de julio, de ese caluroso mes de julio en sus primeros días, y un poco más moderado en estos últimos. Hoy es un día de cielos mayormente despejados en toda España, aunque lo que va a llover en el nordeste, a partir del mediodía, en Cataluña, Aragón, ya saben ustedes. Ocho comunidades, eso sí, están en aviso por altas temperaturas.

Fíjense, por aquí abajo, por el sur —para qué les cuento— aquí abajo, por el sur, la cosa hoy estaba más tranquila, está mucho más tranquila. Es más, hacia el norte de la península, donde se ha vivido un poco de sofoco, pero sofoco, sofoco, sofoco ayer el vivido en el Congreso de los Diputados, en el Parlamento, porque Pedro Sánchez tenía que responder de dos cosas: de la corrupción y de la cumbre de la OTAN. Cada uno por su parte, aunque ciertamente el tono era el mismo en todo. ¿Qué tono?

El tono del teatro con sus socios, que se han hecho los indignaditos, pero le han seguido ofreciendo el apoyo a Pedro Sánchez, a pesar de los casos de corrupción. ¿Por qué? Porque todavía hay facturas por cobrar.

Ahora, después de que hayan metido a un socialista en la cárcel, y hayan imputado a otros dos, está imputada su mujer, su hermano, investigada la directora de ADIF, etcétera, etcétera, etcétera. Ahora, Sánchez vale mucho más que antes. ¿Está en manos de ellos?

Sánchez puede durar lo que quieran ellos, y ellos lo que quieren es acabar con la España del 78. Y mientras tanto, pillar, el pillaje. Ustedes saben, cuando un terremoto, cuando un gran apagón, cuando una desgracia se produce, hay gente que sale al pillaje a pillar lo que haya. Entrar en una tienda y llevarse un televisor —bueno, eso pesa mucho, no sé, algo, yo qué sé, un ordenador—, en una joyería llevarse un reloj, en un supermercado llevarse tocino...

Bueno, los socios de Sánchez están en el pillaje. Porque efectivamente aquí lo que vivimos es... vivimos en una situación caótica, elementalmente caótica, en la que hay que aprovecharse, y como este lo tiene en sus cúpulas, ni vergüenza. Ni nada. No tiene nada. Por mantenerse un día más en La Moncloa, hará lo que tenga que hacer. Los socios le han dicho: ¿cómo que te vas a ir? ¿Cómo que has pensado en dimitir? Oye, guapo, que aún tienes que pagar más cosas. Y las pagarás. Solamente Coalición Canaria... Porque ayer, por cierto, y ahora hablaremos con Coalición Canaria. Pero ayer Pedro Sánchez indultó a los delincuentes que deberían garantizar su permanencia en el poder a cambio de sacarles de la cárcel y colmarles de prebendas.

¿Lo hizo? ¿Cuándo indultó a los golpistas catalanes? Bueno, pues ahora esos mismos socios le han indultado a él. O sea, él confesaba: “Hombre, han sido días difíciles” y tal y que cual. Pero un capitán no deja así... Sí, el capitán. El capitán es Schettino, el de aquel crucero, que por saludar a su novia encalló y fue el primero en tirarse al agua. Y por saludar a la novia metió el crucero más cerca de la costa de lo debido antes de partir del puerto.

Y bueno, yo qué sé de la costa, qué sabe la gente de la mar, que yo no tengo ni idea. Schettino. Este es el capitán Schettino. Ayer vivimos el espectáculo de los indignaditos que amenazan con no pasar ni una más. Pero claro que la pasarán mientras haya cosas que cobrar. No retiran su apoyo a Pedro Sánchez.

Tras ese pleno de ayer, que la verdad es que es difícil de definir, porque ni se molestó en presentar un plan de medidas ambicioso y efectivo, ni los socios estuvieron tampoco muy brillantes en la sobreactuación. Chillona como nadie, llorando a gritos, teatrera, dramática, para decir que qué honrado es Pedro Sánchez, etcétera, etcétera. Y ya está. Pues eso fue lo más. Eso fue lo más.

El objetivo de uno y otro era pasar el tránsito lo más rápido posible. Y así lo hicieron, de tal manera que el escándalo de corrupción, a la FEA se lo comen, pero hasta con el papel de aluminio. Porque son tan rehenes de Sánchez como Sánchez es rehén de ellos. Y les da igual que la Audiencia Nacional haya dicho que la organización criminal ha estado en el Gobierno. Porque ahí forma parte del Gobierno. Israel Pardo de Vera colecciona ya siete delitos imputados, además de contratar a la sobrina del ministro, a Jessica. Claro, ayer él sabe de sobra que esto va a ser una banda para el desguace del Estado hasta el final. Hasta que lo saquen de Moncloa los votos de unas elecciones o la acción judicial. Lo que pase primero, ya veremos. Investigaciones de la Policía Judicial, los jueces, investigaciones periodísticas... Pero mientras tanto, tocó lo de ayer: una dosis de paripé.

¡Qué frase más original, escritor extremeño! La verdad que se estrujó las manijas. 15 medidas anticorrupción, que la verdad son medidas que ya estaban en funcionamiento. Era un refrito de medidas que ya existen y que se deberían haber aprobado otras, pero que este Gobierno no había hecho caso hasta ahora. Pero quizá el momento que supuso un cambio en los diálogos entre Gobierno y oposición lo protagonizó Núñez Feijóo. Antes, ahora le cuento lo de Feijóo.

Gabriel Rufián, que es el líder de la banda, de toda esta banda que apoya, pues con más entusiasmo o menos entusiasmo, a Sánchez. Sumar, con todo el entusiasmo del mundo, porque sabe que si cae Sánchez se queda sin trabajo para 500 tíos que hay colocados en la administración, que a ver a dónde van a parar. Saben hacer la O con un canuto. El PNV pone cara de asquito, pero el PNV tiene al Partido Socialista de socio en el Gobierno del País Vasco, de la comunidad autonómica.

Ah, amigo. Y Junts, Bildu, quiere... Bildu está sacando lo suyo, que es presos a la calle. Y mientras tanto, Esquerra y Junts llevándose para Cataluña cosas de las que ellos puedan presumir, pero no puedan gestionar, porque las gestiona Salvador Illa. Entonces, ayer, Gabriel Rufián puso el nuevo listón de tolerancia a la corrupción. Escuchen:

Ya, si la corrupción es de izquierdas, hasta tres presuntos chorizos te puedes permitir. ¿Por qué? Pues porque lo ha dicho este sujeto, Gabriel Rufián. Queda oficialmente institucionalizado que la izquierda sí puede gobernar a pesar de la corrupción. Lo cual es algo que, de facto, se carga la democracia.

Además de que lo que dice Rufián es mentira. No son tres golfos, son más golfos. Bastantes más golfos. Y como les decía, Feijóo les apretó en la intervención. El PNV utilizó su réplica para dejar claro al Partido Popular que su apoyo a Sánchez va para largo.

Pero la frase de ayer en el Congreso es esta, que hace referencia a las saunas gays que regentaba el suegro de Pedro Sánchez:

Claro que el PSOE quiere acabar con la prostitución, pero solo ha hablado de la prostitución femenina. Porque es que el suegro de Sánchez —y Sánchez, a título lucrativo— vivía de la prostitución masculina. Y la masculina ya... Las señoras que pagan por utilizar servicios de gigolós entran dentro de la prostitución. Los hombres que buscan jovencitos o hombres y que intercambian dinero por sexo entran también en el capítulo de la prostitución. Los que van a saunas gays, como las del suegro de Sánchez, también entran en el capítulo abominable de la prostitución. Ah, sería bueno hacerle esa pregunta.