Señoras, señoras, me alegro, ¡buenos días!

Me alegro mucho de saludarles en esta mañana en la que ya puedo decirles que la fiesta termino. Se acabó la fiesta. Siempre el día 7 de enero era ese día en el que se anunciaban rebajas, nos abrigábamos un poco, pensábamos que venían tiempos duros para coger otra vez la carrerilla después de unos cuantos días de abrazos, festividades y melopeas, pero este año es completamente distinto. Este año se ha acabado una fiesta y la fiesta, como todas las fiestas, deja un panorama que cuando uno vuelve, como aquellas fiestas, guateques que hacíamos, cuando vuelve al cabo de unas horas y si nadie lo ha arreglado, pues ahí hay alcohol derribado por el suelo, cristales rotos, las serpentinas tiradas, la decoración hecha un… Bueno, pues ese puede ser el panorama sobre todo con una cuesta de enero que no es una cuesta, es la ladera casi vertical de una montaña.