El tema que queremos comentar, en esta ocasión, con nuestros 'fósforos', es el de los juguetes analógicos y los muñecos de ayer y de hoy.

Ángel nos ha dicho que tuvo muchos juguetes de niño y que le dedicó mucho tiempo a los tapones. "Yo les cortaba el corcho y después los pintaba de los colores de los equipos de fútbol. Tenía mi propia Liga. El balón era un botón. Yo tenía mis equipos de siete jugadores y yo hacía mis propias Ligas en el suelo. Me lo pasaba bomba". Ahora tiene tres hijos, pero solamente a uno le gusta el fútbol y "ya es moderno. Tiene más de 20 años".

Otro 'fósforo', también llamado Ángel, dice que ahora juega con su pequeño de 6 años al Scalextric. Algo heredado. Porque él, cuando era un niño, también jugaba a lo mismo.

Joaquín echaba muchas horas jugando al Madelman. (Fue un muñeco de juguete de acción articulada, fabricado entre los años 1968 y 1982).

"Generaba diferentes escenarios con su tienda, su hospital militar, pasaba horas con esta maravilla que ya no está en el mercado. Sigo conservando buena parte de los que tenía", concluye su intervención en los micrófonos de 'Herrera en COPE'.

"Hemos estado noches y noches jugando a ese juego"

A Yolanda le encantaba montar legos. "Lo último que he montado ha sido la antigua cámara Polaroid. Han hecho una réplica superbonita y la acabo de terminar hace unos días. Luego también tengo la réplica de una máquina de escribir".

¿Y con qué jugaba Alejandro? Responde que, en su caso, "desde muy pequeño tiraba de juegos de mesa. Como al Risk. También jugamos mucho al Monopoly. Hicimos una mezcla de los dos. Podías con el dinero compran territorios al resto, barcos, una pasada".

En aquella época explica que estaban en primero y segundo de la ESO. Justo en el momento en el que estudiaban geografía. "Hemos estado noches y noches jugando a ese juego".

Por último, María Ángeles asegura que su juguete preferido eran los recortables que "era una maravilla porque, además, eran asequibles y nos unía mucho a las niñas. La cosa era que venía todo en una hoja bien grande. El problema que había era que como era tan finito, el cuello de la muñeca se rompía. Venía zapatos, calcetines, gorros, era como todo un vestuario".

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