José Julio ingresó el pasado 3 de abril en el servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Estaba al borde de la muerte. Su aorta podía romperse en cualquier momento.

La situación era crítica y los médicos debían tomar una rápida decisión. Para salvarlo sólo había una opción: insertar una prótesis en la zona dañada de la aorta. Pero si se encargaba a la industria farmacéutica, tardaría en llegar un mes.

“No teníamos tanto tiempo. Corríamos el riesgo de que se produjera un sangrado incontrolable y falleciera el paciente", cuenta en El Mundo Javier Río Gómez, especialista en Angiología y Cirugía Vascular del Marañón.

Fue entonces cuando el equipo de médicos que atendía a José Julio se lanzó a diseñar la prótesis mediante la impresión 3D, aprovechando el reconocido laboratorio de este centro hospitalario, pionero en la aplicación médica de esa tecnología.

En menos de 10 horas la prótesis estaba lista y coincidía "exactamente" con la aorta de José Julio. Tras su implantación, el paciente fue dado de alta a las 48 horas.

"Me han dado la vida -ha dicho José Julio-. Pasé de estar en una situación muy crítica en la que con cualquier movimiento podía romperse la aorta y morir...a salir del hospital con un postoperatorio fantástico y sin dolores”.

Era la primera vez que se hacía en España. Y resultó un éxito. Está pendiente de su publicación internacional.