"Ni Netanyahu es todo Israel, ni Hamás todo el pueblo palestino, pero estas distinciones no caben bajo la boina de determinados activistas"

Jorge Bustos analiza la actualidad que marca este jueves 4 de septiembre 

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Buenos días. Arrancamos ya mismo. Es jueves 4 de septiembre. Buenos días y bienvenido al amanecer de este día. Hoy se esperan lluvias en el norte, más intensas en Galicia y en el Pirineo. Por la tarde habrá tormentas en Cataluña, Aragón y en el norte de la Comunidad Valenciana. Y en el resto el cielo estará más tranquilo con algo de niebla. Las temperaturas bajan en el centro y en el norte, pero suben en la zona sur. Y en Canarias nubes en el norte con algo de lluvia y de viento.   

Hoy tenemos la vista puesta y el También en nuestros vecinos portugueses. La tragedia ha golpeado Lisboa dejando 15 muertos y 18 heridos de gravedad, cinco de ellos en estado crítico. Ha descarrilado uno de los famosos funiculares que suben y bajan por las colinas de la ciudad. El tranvía ya sabes que allí es un icono turístico, pero ayer se convirtió en una trampa mortal.

Ha ocurrido en la línea conocida como el ascensor de la gloria. Un vagón lleno de turistas se estrelló contra un edificio después de caer por la colina a toda velocidad. Por cierto, dos de los heridos son turistas españoles.

Si has tenido la fortuna de visitar Lisboa, una de las ciudades más bellas de Europa, recordarás el aspecto de estos bonitos vagones. Es una especie Este pequeño tranvía de color amarillo que circula despacio normalmente a una velocidad como máximo de 8 km/h. Así que hay ya una investigación en marcha para averiguar por qué el funicular se embaló cuesta abajo hasta descarrilar. Y ojalá que los vecinos portugueses no se dividan ante esta catástrofe ni la usen políticamente y nos den así una lección de unidad en el dolor que aquí buena falta nos hace.

Y aquí digo, en España la imagen la hemos vuelto a encontrar en la Vuelta ciclista a España y no por motivos deportivos. No es la primera vez que unos extremistas, convencidos de estar ejecutando un acto heroico de resistencia, boicotean la carrera. Te voy a rescatar un par de noticias tremendas que estaban enterradas en el hondón de la hemeroteca de nuestro país.

9 de mayo de 1968. Fíjate si ha llovido. Un grupo de fanáticos que aún no había matado a nadie y que se hacía llamar País Vasco y en vasco Euscaditas Askatasuna, o sea, ETA, sembró el caos en la Vuelta Ciclista España, colocó y detonó un artefacto explosivo durante la quinta etapa que cubría el recorrido entre Victoria y Pamplona. En ese momento lideraba la etapa un ciclista vasco del equipo Kas, que era el gran equipo de la época. 

Este ciclista se llamaba José Luis Uribezubia y llevaba 25 minutos pedaleando en solitario. Se había escapado, le sacaba 2 minutos al pelotón y de pronto distinguió a lo lejos lo que parecían unos agentes de la Guardia Civil que le hacían señas para que se detuviera. Pero Uribezubia no hizo caso y al seguir pedaleando se topó con un boquete de metro y medio de ancho en la carretera que logró esquivar como pudo. No fue la única consecuencia de la explosión.

Un matrimonio y su hijo de 3 años resultaron heridos por los cristales de la ventanilla de su propio coche que no soportó la onda expansiva. La etapa fue suspendida. Ese día no murió nadie, pero solo un mes después, el 7 de junio de 1968, ETA cruzó la línea letal que separa al activista del terrorista y cometió su primer asesinato.

En un control de carretera tiroteó al guardia civil José Antonio Pardines. Inauguraban así su macabro historial y a partir de ese día se pasaron medio siglo vertiendo sangre inocente por culpa de una ideología estúpida y criminal.

Pero la Vuelta volvió a convertirse en objetivo del extremismo en mayo de 1990. Se corría la 16a etapa que cruzaba la frontera entre Rioja y Navarra. Y de pronto, en mitad de la etapa, dos artefactos compuestos por 500 g de trilita hicieron explosión. No causaron daños personales, pero las amenazas de que se iban a colocar varios más a lo largo del recorrido entre Logroño y Pamplona aconsejaron paralizar la etapa.

Y eso que desde años antes, en 1978, ya se había cancelado el paso de la vuelta por Euskadi. La extorsión de la violencia una vez más dio resultado y la Vuelta ciclista a España estuvo 33 años sin pasar por el País Vasco, exactamente hasta 2011, el año del anuncio del cese definitivo de eso que los encapuchados llamaban lucha armada.

Bueno, pues ayer la vuelta ciclista a España volvió a convertirse en el chivo expiatorio de un fanatismo de otro tipo, infinitamente menos peligroso que el etarra, pero incapaz igual de respetar las libertades públicas.

Me dirás, "¿No estará usted comparando las protestas propalestinas con la ETA?" No, ayer no pasó nada demasiado grave. Por fortuna hay tres detenidos, hay cuatro ertzainas heridos, pero pudo ser mucho peor.

El final de etapa se se tuvo que adelantar 3 km por seguridad y no se ha declarado ningún ganador. Claro. Insisto, no estoy comparando el grado de violencia en ambos fenómenos. Estoy relacionando ideologías incompatibles con la convivencia democrática, porque boicotear la vuelta no es un acto democrático. Ni es una muestra de rebeldía ni de heroísmo ante la injusticia.

Es una manifestación más de radicalismo. Hay un trasvase ideológico natural entre el apoyo a ETA y el apoyo a Hamás. Un vínculo que tampoco es nuevo, ¿eh? Pero que ahora está arreciando y que vuelve a colonizar violentamente el espacio público. Porque tampoco es casualidad que los radicales decidieran actuar el día de la etapa que culminaba en Bilbao.

Vamos a explicar esto una vez más porque creo que es importante. Se puede, incluso se debe alzar la voz contra lo que está ocurriendo en Gaza. Benjamín Netanyahu está cometiendo crímenes de guerra, está matando a civiles y quiere expulsarlos de su tierra. Está respondiendo a la masacre del 7 de octubre de forma claramente desproporcionada con acciones tan infames como provocar una hambruna deliberada o disparar contra periodistas. Por eso, muchos judíos que viven en Israel se manifiestan contra su propio gobierno. Porque es una democracia y es perfectamente compatible denunciar la crueldad de Netanyahu con denunciar a la vez el fanatismo criminal de Hamás.

Ni Netanyahu es todo Israel, ni Hamás equivale a todo el pueblo palestino. Bueno, pues parece ser que estas sencillas distinciones no caben bajo la boina de determinados activistas. Gente escasamente sutil que encima la toma con unos ciclistas que pasaban por allí y con un equipo rally que ya se ha pronunciado en contra de Netanyahu. ¿Qué más tienen que hacer? ¿Pedir audiencia a Greta Thunberg? ¿Qué tienen que hacer? ¿Dejar la bici subirse a la flotilla de Greta? Y ojo, porque crece la presión para que los organizadores de la vuelta expulsen al equipo de Israel alegando motivos de seguridad o para que ellos mismos ya hartos terminen yéndose. O sea, las víctimas convertidas en culpables. Qué molestas son siempre las víctimas, ¿eh? Siempre molestando.

También molestaban en Alsasua los guardias civiles, que van provocando con su sola existencia. Esto es como lo de Eurovisión. En cada edición del festival aumenta el antisemitismo de brocha gorda. Pero, ¿por qué no van a poder participar israelíes en una vuelta ciclista o en un concurso de canciones? ¿Por qué es tan difícil diferenciar entre un ciudadano y su gobierno o entre un individuo cualquiera y aquellos que se arrogan la representación de su identidad? ¿O es que todos los son culpables de lo que hizo ETA?

Cambiando de asunto. Se oye el anuncio protocolario de la llegada del rey a la sala de audiencias. Se oyen los flashes de las cámaras y parece que no se oye nada más. Pero pero fíjate bien. Es la tensión que se corta en el ambiente con cuchillo. Es un silencio espeso que se derrite sobre la cabeza procesada de Álvaro García Ártiz, el todavía fiscal general del Estado.

Don Felipe opina con gestos, a veces muy sutiles, pero inequívocos. Se acerca a Ortiz y le da la mano como dicta el protocolo, pero luego se gira hacia los fotógrafos y se pone muy serio. Los labios tiesos, el ceño levemente fruncido y el otro le mira como diciendo, "¿Qué estará pensando de mí?".

Pues lo que pensamos todos menos tu presidente, Álvaro, que eres el único fiscal general de Europa que está a punto de sentarse en un banquillo y no dimite.

En señal de protesta y en solidaridad con los jueces atacados por el gobierno, Feijóo ha decidido ausentarse del acto de apertura del año judicial, que será este viernes. Es una decisión de riesgo. Hoy parece un error por el desaire institucional que proyecta, pero quizá la semana que viene parezca un acierto cuando le abran juicio oral a todo un fiscal general del Estado.

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Con Ángel Expósito

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