Hoy se cumplen cinco años de aquel día en que Felipe VI asumió la Jefatura del estado por abdicación de su padre, Juan Carlos I. El hecho sorprendió a la opinión pública y a la publicada. Y a algún miembro cualificado de la Casa real, que había negado tal posibilidad poco tiempo antes. Y Felipe se hizo Rey en la España más convulsa que habíamos conocido desde la transición y tuvo que hacer frente al golpe de Estado del separatismo catalán, al que hizo frente con un discurso memorable aquel 3 de octubre, su hecho legitimador, su 23-F.

Otro asunto que viene a formar parte de lo mismo: el tejemaneje de los pactos sigue con su trantrán: hoy se constituyen los parlamentos de Navarra, Castilla-La Mancha y Canarias. Navarra es territorio clave y el asunto avanza por donde nos temíamos. Lo que se nos presentaba como un capricho de María Chivite y sus socialistas navarros, chispún, pero negado por Sánchez y Ábalos, que no contemplaban la posibilidad de una colaboración con Bildu, ni siquiera por una actitud pasiva. Hoy parece que los socialistas podrían apoyar a Geroa Bai para presidir el Parlamento navarro, que EH Bildu podría llegar a tener asiento en la mesa de la Cámara y que de resultas de todo ello las dos fuerzas citadas colaborarían en el apoyo a María Chivite como presidenta de la Comunidad.

Ayer supimos que el doctor Cum Fraude recibió el lunes a Pablo Iglesias y el anfitrión dejó caer que la cosa no había avanzado mucho, mientras el invitado hacía esfuerzos notables para convencer y convencerse de que Gobierno de cooperación es lo mismo que de coalición. Que tocan pelo y tendrán ministros. La derecha que había desalojado al Carmenismo del Ayuntamiento también tiene sus problemas terminológicos. ¿Qué significa concejal? No es exactamente lo mismo para el PP y para Vox, con Ciudadanos en el papel de china en el zapato. Aún habrá sorpresas, ya verán.