Las verdades y los mitos sobre las pirámides de Egipto

En Egito las pirámides de Keops, Kefrén y Mikerinos (Las Pirámides de GIZA) contemplan imperturbables desde hace milenios el paisaje que les rodea. En 5.000 años les ha dado tiempo a ver muchas cosas: el paso de las distintas dinastías, guerras, revoluciones, invasiones, caídas de Imperios, la llegada de nuevos modelos políticos y económicos, de nuevas religiones...

Y aunque por fuera son maravillosas- fruto del trabajo de los maestros arquitectos y de los miles de albañiles que allí trabajaban- la verdadera riqueza reside dentro. En su interior albergan tesoros que han hecho las delicias de los ladrones de tumbas más habilidosos... y también han sido sepultura de otros menos ágiles.

Dentro de estos enterramientos, en su mismo corazón, han reposado silenciosos los restos y las preciosas pertenencias de los hombres más poderosos de la época.

En las paredes de los estrechos pasillos todavía hoy perviven las oraciones que cuidadosamente se escribían para que el difunto que allí yacía pudiera completar su viaje al Más Allá sano y salvo.

Y es que, al fin y al cabo, no hay que olvidar que las pirámides son tumbas.

Estas sepulturas despiertan fascinación y pasión a partes iguales, no sólo de los ladrones de joyas preciosas, sino de los arqueólogos y de los amantes de las teorías conspirativas.