Arantxa Sánchez Vicario: los problemas para la tenista comenzaron en 2012 cuando demandó a su padre Emilio, a su hermano Javier-José y a las dos personas que gestionaban sus cuentas. Sánchez Vicario aseguró que cometieron apropiación indebida, administración fraudulenta, deslealtad profesional y falsedad. Cuando el juez le preguntó por qué no se hizo cargo de sus cuentas, la tenista aseguró que “tenía plena confianza en ellos. La actriz Lina Morgán: Su abultada herencia, tras una vida de trabajo, fue a parar a su chófer, Abelardo González y a su hombre de confianza, Daniel Pontes. Una herencia de más de 40 millones de euros que sus sobrinos amenazaron con impugnar. Pontes llegó a decir que tanto el chófer como él son las únicas personas que se merecían la herencia porque estuvieron siempre al lado de Lina Morgan. Rocío Jurado: con un legado valorado en 7 millones de euros la cantante quiso hacer lo que cualquier madre: contentar a todos con un reparto justo: a sus tres hijos, marido, hermanos y hasta el secretario. Pero se equivocaba. Tras su muerte se inició una batalla por los platós de telévisión con Rosa Benito y Amador Mohedano como protagonistas. Rocío Dúrcal: tras el fallecimiento de la artista su marido “Junior” y sus hijos acabaron en el juzgado por el reparto de la herencia. Por lo visto, durante el inventario de bienes a “Junior” se le pasó por alto incluir varias propiedades de Miami, México y Marbella. La muerte del Michael Jackson, el rey del Pop, fue el pistoletazo de salida para que su familia arramplase con todo. Rápidamente se formaron dos bandos. Por un lado, la madre del cantante y los hijos de éste. Por otro, los hermanos de Jackson (que no son pocos) y acusaron a los albaceas del testamento de secuestrar a la madre y tratar de quitarles de en medio. Éstos, por supuesto negaron la mayor y alegaron que el testamento era falso. Como no, acabaron en los tribunales (que no les dieron la razón, pero continúan luchando). Chavela Vargas: La cantante nos dejó en 2012 y entonces comenzó una lucha por lo poco o mucho (no se sabe a ciencia cierta) que dejó la costarricense. Como siempre dos bandos: por un lado su familia de Costa Rica (a quienes llevaba años sin ver), por otro su acompañante y apoderada, la periodista María Cortina, quien niega que exista herencia por la que luchar. Famosos guerras por las herencias... con Diego González