1991, ese será para muchos el inicio de su historia. Y en especial una tarde, el 21 de mayo. César Rincón ya tenía su cartel en Colombia, en España ya había aficionados que le habían echado el ojo... y seguramente tenía la mejor disposición para aprovechar la ocasión. Pero en la tauromaquia hay un factor incontrolable: el azar, la suerte. Y la suerte quiso que el público estuviera receptivo, que no soplara el viento y que un toro de nombre “Santanerito” se cruzara en su camino.
Lo que ocurre es que a la suerte también hay que saber torearla, y eso significa jugársela. Otros podrían haber rentabilizado ese triunfo inesperado y no volver a tentar la suerte. Pero él lo hizo, máxima apuesta: se volvió a anunciar en Las Ventas 24 horas después, con el líder del escalafón en el cartel (Espartaco), y otra vez la Puerta Grande. Se “volteó la olla”, como dicen en Colombia, y se volteó su vida entera. Esa temporada, César salió cuatro tardes consecutivas por la puerta grande de Las Ventas. Una hazaña que ningún torero ha conseguido.
En 'Fin de Semana', el diestro colombiano nos cuenta cómo ha pasado de ser considerado un héroe a ser señalado por los animalistas como “asesino”. Actualmente, César Rincón, ya retirado, se dedica a atender sus dos ganaderías en España y Colombia.